Colapso del Unicornio de IA: Fraude de Duggal desata la primera gran quiebra
El espectacular colapso de Builder.ai, una startup de inteligencia artificial que una vez alcanzó una valoración de 1.500 millones de dólares, marca la caída más significativa hasta la fecha en el sector de la IA generativa, en rápida expansión. Esta dramática implosión siguió a una serie de eventos, incluyendo la destitución de su carismático fundador, Sachin Dev Duggal, en medio de acusaciones de mala conducta financiera, lo que finalmente llevó a la bancarrota de la empresa.
Sachin Dev Duggal había sido una figura celebrada en el mundo tecnológico, incluso ganando reconocimientos como “Emprendedor del Año” en algunos círculos. En enero de 2024, se encontraba en la cima de su carrera, representando a Builder.ai en el prestigioso Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. En ese momento, su startup de inteligencia artificial era elogiada como un “unicornio”, un término que designa a una empresa privada valorada en más de mil millones de dólares. Bajo el liderazgo de Duggal, Builder.ai cultivó una imagen de alto perfil, patrocinando eventos glamorosos a los que asistían celebridades y editores de revistas prominentes. El propio Duggal, quien adoptó caprichosamente el título de “Mago Principal” de Builder.ai, aprovechó su plataforma en Davos, incluyendo una aparición en la BBC, para defender la IA generativa. Famosamente describió la tecnología como “la capa con la que conviertes a la gente en superhéroes”, encapsulando el fervor optimista que rodeaba a la IA en ese momento.
Sin embargo, el notable ascenso de Builder.ai resultó ser de corta duración, con su fortuna revirtiéndose bruscamente en el año posterior a la aparición de Duggal en Davos. A principios de 2025, los inversores comenzaron a expresar importantes sospechas sobre la salud financiera de la empresa, alegando específicamente cifras de ingresos infladas y una mala gestión generalizada de los fondos. Estas crecientes preocupaciones culminaron con la salida forzosa de Duggal como director ejecutivo.
Tras su destitución, la junta directiva de Builder.ai llevó a cabo una revisión crítica, y posteriormente reajustó las cifras de ventas de la empresa, lo que probablemente reveló una situación financiera menos sólida de lo que se había presentado anteriormente. La tensión financiera se intensificó cuando un importante prestamista tomó medidas decisivas, incautando prácticamente todas las reservas de efectivo de Builder.ai. Privada de capital operativo esencial, la startup se quedó sin alternativa viable y se vio obligada a declararse en bancarrota en junio. La precipitada caída de Builder.ai, de ser un unicornio celebrado a la bancarrota, sirve como un crudo recordatorio de los riesgos inherentes y la potencial volatilidad dentro del mundo de alto riesgo de la inversión en inteligencia artificial, marcando el primer gran fracaso en una era definida por un crecimiento y optimismo sin precedentes.