La IA dispara la demanda energética y eleva el coste de la electricidad

2025-08-04T18:25:59.000ZGizmodo

Los precios de la electricidad en Estados Unidos han experimentado un notable aumento durante el último año, una tendencia atribuida en gran medida a las crecientes demandas energéticas de los masivos centros de datos construidos para soportar modelos de inteligencia artificial (IA). Según datos de la Administración de Información Energética de EE. UU., el coste medio nacional de un kilovatio-hora de electricidad aumentó de 16,41 centavos a 17,47 centavos durante el último año, marcando un incremento del 6,5%. Los datos a nivel estatal revelan aumentos aún más significativos: Maine experimentó un salto del 36,3%, Connecticut un aumento del 18,4%, y los precios de Utah subieron un 15,2%. Un motor principal detrás de estos costes crecientes es la rápida construcción y operación de centros de datos por parte de empresas tecnológicas que invierten fuertemente en IA. El think tank RAND Corporation estima que la demanda global de energía de los centros de datos de IA podría alcanzar los 327 gigavatios (GW) para 2030. Para poner esto en perspectiva, esta cifra representa aproximadamente el 30% de la capacidad actual de la red de Estados Unidos, que asciende a 1.280 GW. La magnitud de los proyectos de centros de datos existentes y propuestos ya está ejerciendo una considerable presión sobre la red eléctrica nacional y sus operadores. En la región del Atlántico Medio, a menudo conocida como "Data Center Alley" debido a su alta concentración de estas instalaciones, se proyecta que los precios de la electricidad aumenten tras una reciente subasta de capacidad. Esta subasta, diseñada para asegurar una generación de energía suficiente, vio un aumento significativo de los precios, con un informe que atribuye un estimado del 60% de este aumento a los centros de datos. Se proyecta que 9.300 millones de dólares en costes se trasladarán finalmente a los clientes, predominantemente residentes. Más allá del coste del consumo de energía en sí, la rápida expansión de la infraestructura de la red para acomodar estas nuevas demandas también está contribuyendo a facturas de consumo más altas. Los operadores de la red se enfrentan a una intensa presión para acelerar las construcciones, y los gastos asociados a estos desarrollos se están transfiriendo a los consumidores. Datos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley indican que, a finales de 2023, las solicitudes de conexión a la red ya superaban el doble de la capacidad energética existente de la red de EE. UU. Mientras que las principales empresas tecnológicas y las startups multimillonarias están impulsando esta demanda, la carga financiera de la energía y la infraestructura necesarias parece recaer, en parte, en los ciudadanos comunes. Empresas como Google, por ejemplo, se han comprometido a inversiones significativas en proyectos de centros de datos, con planes de destinar 25.000 millones de dólares a tales iniciativas, incluso cuando la empresa ha firmado acuerdos para reducir su consumo de energía durante las horas pico. De manera similar, Meta está procediendo con desarrollos masivos de centros de datos para sus esfuerzos de IA. Las implicaciones económicas más amplias de estas crecientes demandas de energía y costes de infraestructura son cada vez más evidentes para los consumidores.

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