IA Falsa: ¿Podrán los videojuegos detener a los menores?
El mundo de los videojuegos está entrando rápidamente en una nueva era de verificación de edad estricta, impulsada por esfuerzos legislativos como la Ley de Seguridad en Línea del Reino Unido, que entró en vigor el 25 de julio de 2025. Esta legislación histórica exige que las plataformas en línea, incluidas las redes sociales, las aplicaciones de citas y aquellas que alojan contenido para adultos, implementen controles de edad robustos para evitar que los menores accedan a material dañino. Sin embargo, a medida que estos sistemas se implementan, los usuarios ya están encontrando formas ingeniosas de eludirlos, y el espectro de sofisticadas falsificaciones generadas por IA se cierne como el próximo desafío formidable.
Horas después de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad en Línea del Reino Unido, comenzaron a surgir soluciones ingeniosas. Discord, una plataforma popular entre los jugadores, introdujo un sistema de verificación por escaneo facial (K-id) para sus usuarios del Reino Unido a fin de cumplir con las nuevas reglas. Sin embargo, los usuarios descubrieron rápidamente un exploit peculiar: podían eludir el sistema utilizando el modo de foto del videojuego Death Stranding. Al tomar una selfie del protagonista del juego, Sam Porter Bridges, y manipular sus expresiones dentro del juego, los usuarios lograron engañar la verificación, que requiere movimientos faciales como abrir y cerrar la boca para confirmar que se trata de una persona real. Este inesperado truco de “personaje de juego” destacó las vulnerabilidades inmediatas de las tecnologías nacientes de verificación de edad. Más allá de tales exploits creativos centrados en los juegos, un método de elusión más extendido ha sido el aumento en el uso de Redes Privadas Virtuales (VPN), lo que permite a los usuarios enmascarar su ubicación y parecer que navegan desde países sin leyes de verificación de edad tan estrictas.
Si bien estas elusiones iniciales son preocupantes, una amenaza mucho más insidiosa se vislumbra en el horizonte: los deepfakes de IA. Estas creaciones de inteligencia artificial pueden generar imágenes, videos y audio hiperrealistas que imitan a individuos reales, sus voces e incluso sus gestos. La tecnología, cada vez más accesible para cualquiera con una computadora portátil, puede utilizarse para crear documentos de identificación falsos convincentes o manipular transmisiones de cámara en vivo durante un proceso de verificación. Los intentos de fraude con deepfakes se han disparado un 3.000% en los últimos años, volviéndose más sofisticados a través de enfoques multimodales como la conversión de texto a video o de imágenes a video. Alarmantemente, las pruebas realizadas por empresas de seguridad han revelado que muchos sistemas líderes de verificación de identidad en línea son altamente vulnerables a los ataques de deepfake. Esta escalada en la carrera armamentística entre la tecnología de verificación y el engaño impulsado por la IA plantea un profundo desafío a la integridad de los controles de edad en línea.
El panorama actual de la verificación de edad está plagado de limitaciones técnicas y preocupaciones de privacidad. Tecnologías como la estimación de edad facial basada en IA, si bien son prometedoras para estimar rangos de edad, tienen dificultades con la precisión milimétrica, particularmente al diferenciar entre edades cercanas a los umbrales legales, como 12 versus 13 o 17 versus 18. Los ensayos en Australia, por ejemplo, mostraron que las herramientas de escaneo facial tenían solo alrededor del 85% de precisión dentro de un rango de 18 meses, a veces identificando erróneamente a adolescentes como veinteañeros o treintañeros. Además, la dependencia de identificaciones emitidas por el gobierno o escaneos biométricos plantea importantes riesgos de privacidad y seguridad de los datos, lo que genera preocupaciones sobre posibles filtraciones, uso indebido de información personal sensible e incluso la sobrecarga de datos por parte de los proveedores de verificación. Equilibrar el imperativo de proteger a los niños con los derechos fundamentales de los usuarios a la privacidad, el anonimato y la libertad de expresión en línea sigue siendo un dilema crítico tanto para los reguladores como para las empresas tecnológicas.
A medida que la presión por la seguridad en línea se intensifica a nivel mundial, la industria del juego y el ecosistema digital más amplio se enfrentan a una necesidad urgente de soluciones de verificación de edad más robustas, resistentes a la IA y que preserven la privacidad. La rápida evolución de las falsificaciones de IA exige una adaptación continua de las medidas de seguridad, garantizando que el patio de juegos digital siga siendo seguro para sus usuarios más jóvenes sin comprometer inadvertidamente la privacidad y la accesibilidad de todos.