Tiramisu de Meta: El Prototipo VR que Roza la Visión Humana, Pese a su Tamaño

Gizmodo

La búsqueda del hiperrealismo sigue siendo uno de los objetivos más ambiciosos y elusivos de la realidad virtual. Los desarrolladores se enfrentan a una miríada de limitaciones inherentes a la creación de un “ordenador facial” verdaderamente inmersivo, incluyendo la resolución, el campo de visión, el consumo de energía, el peso y la duración de la batería. A pesar de estos formidables obstáculos, los principales actores en la realidad extendida (XR) continúan superando los límites, y Meta ha mostrado recientemente un prototipo que demuestra avances significativos.

El último auricular experimental de Meta, denominado Tiramisu, representa lo que la compañía afirma es su intento más cercano hasta ahora de “pasar el Test de Turing visual”. En esencia, esto significa que el dispositivo tiene como objetivo engañar al ojo humano para que perciba un entorno virtual como indistinguible de la realidad. Aunque la verificación independiente está pendiente, las afirmaciones de Meta sobre las capacidades de Tiramisu sugieren un futuro potencialmente transformador para la VR.

El prototipo Tiramisu presume de mejoras sustanciales de rendimiento sobre el auricular Quest 3 de Meta, disponible comercialmente, en varias métricas clave. Notablemente, ofrece tres veces el contraste y una asombrosa catorce veces el brillo del Quest 3. Además, Tiramisu logra 3.6 veces la resolución angular, un factor crítico que permite a los usuarios discernir detalles más finos dentro de los mundos virtuales, mejorando la sensación general de realismo. Sobre el papel, estos avances representan un salto significativo respecto a la tecnología VR de consumo actual.

Sin embargo, el camino del prototipo experimental al producto comercial está plagado de desafíos. Tiramisu es, según todos los indicios, un dispositivo notablemente voluminoso. Su factor de forma grande y engorroso presenta un obstáculo significativo para lograr la inmersión perfecta que promete el hiperrealismo. Si bien la fidelidad visual es impresionante, usar un aparato tan grande podría romper fácilmente la ilusión de un mundo virtual. Sumado a sus limitaciones actuales, el prototipo también presenta un campo de visión sorprendentemente estrecho, que mide solo 33 por 33 grados. Para poner esto en perspectiva, el ojo humano típico percibe un campo de visión horizontal aproximado de 200 grados y un campo vertical de 135 grados, lo que resalta la vasta disparidad.

Es crucial recordar que Tiramisu es un dispositivo puramente experimental, no destinado a una liberación inmediata al consumidor. El hecho de que Meta pueda lograr mejoras visuales tan innovadoras, incluso dentro de una ventana visual muy confinada, es un testimonio de la investigación y el desarrollo continuos. Traducir esta investigación en un producto comercialmente viable requerirá superar numerosos obstáculos de ingeniería y costos. Por ejemplo, el prototipo utiliza lentes ópticas de vidrio caras, una desviación significativa de las lentes de plástico más comunes y rentables que se encuentran en los auriculares VR actuales. La historia de la VR ha demostrado que los altos costos y los grandes factores de forma han obstaculizado históricamente la adopción masiva, una lección reforzada por las experiencias de otros gigantes tecnológicos en el espacio.

Si bien el camino hacia una VR verdaderamente hiperrealista y amigable para el consumidor sigue siendo largo, prototipos como Tiramisu ofrecen un vistazo convincente de lo que podría ser posible. Subrayan la dedicación continua de empresas como Meta para superar los límites de la tecnología inmersiva, insinuando un futuro donde las experiencias virtuales podrían volverse casi indistinguibles de la realidad.