Dispositivo Solar Convierte Polvo Lunar en Ladrillos para Construcción en la Luna

Gizmodo

Tanto Estados Unidos como China han articulado planes ambiciosos para establecer bases lunares permanentes en la próxima década. Si bien actualmente no existe un marco legal para reclamar territorio en el espacio, la nación que primero logre una presencia sostenida en la Luna obtendrá una ventaja significativa como primer motor, lo que podría influir en futuras normas y actividades en el dominio lunar.

Sin embargo, llegar a la Luna es solo el paso inicial; mantener una presencia humana allí presenta formidables obstáculos logísticos y de ingeniería. Uno de los desafíos más significativos implica el transporte eficiente y asequible de materiales de construcción desde la Tierra para construir un puesto de avanzada lunar. No obstante, un equipo de científicos del Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo (DSEL) de China en Hefei, provincia de Anhui, podría haber encontrado una solución innovadora.

En un desarrollo significativo el pasado mes de julio, investigadores del DSEL publicaron los resultados de las pruebas de un prototipo de sistema de formación de regolito lunar en la revista Acta Astronautica. Este innovador dispositivo funciona de manera muy similar a una impresora 3D, capaz de fabricar ladrillos de construcción robustos directamente a partir del regolito lunar, comúnmente conocido como polvo lunar. Yang Hoglun, coautor e ingeniero sénior en DSEL, explicó a los medios estatales chinos que la capacidad de producir materiales de construcción utilizando recursos fácilmente disponibles en la Luna reduciría drásticamente la dependencia de materiales de origen terrestre. “Este avance en la impresión ha validado la viabilidad de usar el suelo lunar como única materia prima de construcción, permitiendo una verdadera utilización de recursos in situ y eliminando la necesidad de transportar cualquier material adicional desde la Tierra”, afirmó Yang.

El sistema funciona aprovechando la energía solar. Emplea un espejo parabólico, un plato reflectante, para concentrar la radiación solar, enfocándola en un único punto intensamente caliente. Esta luz concentrada se canaliza luego a través de haces de cables de fibra óptica. En su punto focal, la intensidad de la luz supera 3.000 veces la intensidad estándar de la luz solar en la superficie de la Tierra, generando temperaturas que exceden los 2.300 grados Fahrenheit (1.300 grados Celsius). Este calor extremo es suficiente para derretir el regolito lunar.

Durante una serie de pruebas de laboratorio, el prototipo logró derretir regolito lunar artificial, creado a partir de basalto, utilizando una lámpara de xenón para simular las condiciones de la luz solar. El dispositivo demostró su capacidad para formar diversas formas sólidas, incluyendo líneas, superficies, cuerpos tridimensionales y estructuras intrincadas. Yang afirma que este prototipo podría fabricar materiales esenciales para la construcción de carreteras lunares, plataformas de equipos y edificios, facilitando así la exploración lunar a gran escala y sostenible, y la utilización de recursos.

Aunque estas pruebas preliminares marcan un gran avance hacia la fabricación in situ de materiales de construcción lunar, persisten ciertas limitaciones. Yang señaló que los ladrillos hechos de suelo lunar podrían no ser capaces de soportar la inmensa presión del vacío lunar y el entorno de baja gravedad por sí solos. Sin embargo, podrían servir como capas protectoras cruciales, blindando módulos de hábitat que retienen la presión, hechos de estructuras más rígidas o inflables.

Los avances de China en este campo son anteriores a los últimos resultados de las pruebas de los investigadores del DSEL. En noviembre de 2024, la nación lanzó un cohete de carga que transportaba prototipos de ladrillos, también hechos de simulante de regolito lunar, a su estación espacial Tiangong. Se prevé que estos ladrillos permanezcan expuestos fuera de la estación espacial durante tres años, lo que permitirá a los científicos evaluar su durabilidad a largo plazo en las duras condiciones del espacio.

Otras naciones con capacidad espacial, incluido Estados Unidos, también están desarrollando activamente métodos para utilizar el regolito lunar con fines de construcción. Sin embargo, el progreso de China en este ámbito en los últimos años ha sido particularmente notable. De hecho, el Programa Chino de Exploración Lunar no solo ha mantenido el ritmo, sino que, en ciertos aspectos, incluso ha superado el programa Artemis de la NASA, intensificando la presión competitiva sobre EE. UU. en la floreciente carrera de regreso a la Luna.