Deepfakes de IA: La Amenaza que Cambia la Paternidad Online
Durante décadas, los padres han navegado el complejo terreno de compartir imágenes de sus hijos en línea, sopesando la alegría de la conexión frente a las preocupaciones por la privacidad, la recolección de datos por parte de empresas y el riesgo de explotación por depredadores en línea. Si bien una gran mayoría ha adoptado el “sharenting” como norma social, con estudios que indican que solo alrededor de un cuarto de los padres se abstienen de publicar fotos de sus hijos en línea debido a estas preocupaciones establecidas, una nueva y más insidiosa amenaza está obligando a un número creciente a reconsiderar.
Este peligro emergente surge de la proliferación de inteligencia artificial sofisticada, específicamente la IA generativa, la tecnología que impulsa los populares chatbots. Estos algoritmos avanzados están siendo ahora aprovechados por las llamadas aplicaciones “nudificadoras”, que pueden generar automáticamente imágenes íntimas deepfake altamente realistas utilizando el rostro de cualquier persona. Las implicaciones para la privacidad y seguridad de los niños son profundas, llevando a muchos padres, incluyendo a uno que recientemente dio la bienvenida a una niña y optó por no compartir su imagen en línea, a unirse al movimiento “nunca publicar”.
Estas aplicaciones “nudificadoras” son notablemente sencillas de usar y a menudo económicas, algunas incluso ofrecen pruebas gratuitas. Su accesibilidad ha llevado a un uso generalizado, incluso entre estudiantes en las escuelas. Para las víctimas, la experiencia de ver imágenes íntimas de sí mismos generadas artificialmente circulando en línea se reporta como tan traumatizante como si las fotos fueran reales, infligiendo un profundo daño psicológico. Si bien se ha promulgado una nueva ley federal para criminalizar la publicación de imágenes íntimas falsas no consensuadas en línea, persiste una preocupante laguna legal: el acto de crear estas imágenes utilizando las propias aplicaciones “nudificadoras” no está prohibido. Esta brecha regulatoria permite que estas aplicaciones proliferen, con docenas de sitios web de este tipo que, según se informa, generan millones de dólares anualmente.
La magnitud de este problema es inmensa, como lo destacó Alexios Mantzarlis, fundador de la publicación tecnológica Indicator, que realizó una investigación sobre 85 sitios web “nudificadores”. Mantzarlis subraya la naturaleza omnipresente de la amenaza, afirmando: “Está en todas partes. Cualquier niño con acceso a internet puede ser tanto víctima como perpetrador”. Esta cruda realidad subraya el cambiante panorama digital que los padres deben navegar. La conveniencia y el atractivo social de compartir momentos familiares en línea están siendo cada vez más eclipsados por el escalofriante potencial de la IA para convertir imágenes personales en armas, transformando lo que antes era un acto benigno en uno profundamente arriesgado.