Encuesta: 75% de equipos de TI con desafíos de flujo de trabajo; la IA no es la panacea
A pesar de la omnipresente promesa de la inteligencia artificial para acelerar los ciclos de desarrollo, una nueva encuesta revela que el camino hacia la producción sigue plagado de desafíos para la mayoría de los equipos de TI. Un informe reciente de Temporal, una plataforma de orquestación de microservicios, encontró que solo uno de cada cuatro participantes informó experimentar flujos de trabajo verdaderamente fluidos dentro de sus organizaciones. Para la vasta mayoría, el 75% de los encuestados, la realidad es una batalla constante contra las complejidades del sistema y las crisis operativas, similar a “apagar incendios” en las líneas del frente digitales, como señala sombríamente el informe.
La encuesta destacó varios puntos críticos generalizados que obstaculizan la eficiencia. Un significativo 35% de los participantes citó procesos de flujo de trabajo excesivamente complejos como un impedimento importante. De manera similar, el 35% informó que sus equipos lidian con una alta sobrecarga operativa, consumiendo recursos y tiempo valiosos. Además, casi un tercio (34%) de las organizaciones confesó luchar significativamente con la recuperación de fallos del sistema, lo que indica una falta de resiliencia en sus configuraciones actuales.
Curiosamente, surgió una clara divergencia en cómo los diferentes roles dentro de TI perciben estos desafíos. Los tomadores de decisiones, como los gerentes de ingeniería y los CTO, fueron más propensos a señalar la sobrecarga operativa y las dificultades con el escalado de sistemas como sus principales preocupaciones. En contraste, los colaboradores individuales, los ingenieros de software y desarrolladores en el terreno, citaron con mayor frecuencia problemas con la gestión de procesos de larga duración y la complejidad inherente de la recuperación de fallos del sistema.
Estos conocimientos provienen del informe “Estado del Desarrollo” de Temporal de 2025, que recopiló respuestas de más de 220 colaboradores individuales y tomadores de decisiones de TI a nivel mundial. La base de participantes fue geográficamente diversa, con un 42% de América del Norte, un 27% de Europa y un 15% de la región de Asia-Pacífico. Casi la mitad (46%) de los encuestados trabaja para organizaciones que emplean a más de 500 personas, lo que proporciona una visión amplia de las diferentes tamaños de empresas.
La encuesta también arrojó luz sobre los diferentes enfoques para la selección y prioridades de herramientas. En organizaciones más pequeñas y medianas (aquellas con menos de 1,000 empleados), los desarrolladores individuales suelen tener más influencia sobre qué herramientas se adoptan. Sin embargo, en empresas más grandes con 1,000 o más empleados, los CIO y gerentes de ingeniería dictan predominantemente las soluciones de herramientas para sus equipos de desarrollo. Esta diferencia jerárquica en la toma de decisiones se extiende a las prioridades que impulsan la selección de herramientas. La gerencia tiende a priorizar la seguridad y la fiabilidad por encima de todo, mientras que los colaboradores individuales están más inclinados a buscar herramientas de código abierto, lo que sugiere una desconexión entre la visión estratégica y la implementación práctica.
Si bien la adopción de herramientas de IA, como los asistentes de codificación, está muy extendida (el 94% de los profesionales reportan su uso en flujos de trabajo), la integración organizacional de la IA a escala se retrasa significativamente. Solo el 39% de las organizaciones indicaron que están construyendo activamente marcos para aprovechar la IA de manera integral en todas sus operaciones.
A pesar de estas disparidades internas, surgieron algunas prioridades compartidas. Aproximadamente la misma proporción de tomadores de decisiones y colaboradores individuales acordaron que mejorar la fiabilidad del sistema y garantizar el cumplimiento de la seguridad eran los objetivos principales de su organización para nuevas soluciones y herramientas en los próximos uno o dos años. Sin embargo, más allá de este punto en común, apareció un abismo sustancial en otras prioridades reportadas. Los tomadores de decisiones se centraron notablemente más en aumentar la automatización (38% frente al 27% de los colaboradores individuales), reducir los costos operativos y la deuda técnica (37% frente al 20%), y mejorar la productividad de los desarrolladores (34% frente al 18%). Por el contrario, los colaboradores individuales expresaron mayor preocupación que sus contrapartes gerenciales por aumentar las capacidades de procesamiento de datos (30% frente al 19%) y migrar a entornos híbridos y en la nube (30% frente al 11%).
Los hallazgos pintan un panorama de un entorno de TI que lucha con ineficiencias fundamentales en el flujo de trabajo y una brecha de comunicación significativa entre los diferentes niveles organizacionales. Incluso cuando las tecnologías de vanguardia como la IA se vuelven comunes, los desafíos centrales de la complejidad, la carga operativa y la resiliencia del sistema continúan afectando a la mayoría de los equipos, lo que destaca una necesidad persistente de una mejor alineación y procesos fundamentales más robustos.