Ex-Google alerta: IA amenaza empleos, predice "distopía a corto plazo"

Globalnews

La inteligencia artificial podría dar paso a una “distopía a corto plazo tan pronto como 2027” si las prioridades globales en torno a su desarrollo y despliegue no se reevalúan sistemáticamente, advierte Mo Gawdat, ex director de negocios de Google. Gawdat, ingeniero de software, sostiene que si bien muchos CEOs celebran la IA por su promesa inmediata de ganancias de productividad y reducciones de costos al reemplazar a los trabajadores humanos, pasan por alto una consecuencia crítica: el potencial de la IA para desplazar eventualmente incluso a aquellos en la cima.

La amenaza del desplazamiento laboral se extiende mucho más allá de los puestos de nivel de entrada, según Gawdat, abarcando una amplia gama de roles de cuello blanco. Traza un paralelo histórico, señalando que así como las máquinas revolucionaron la manufactura al reemplazar la fuerza humana, la IA está preparada para replicar y superar las funciones del cerebro humano. Este cambio pone en particular peligro a los “trabajadores del conocimiento”, individuos cuyo trabajo implica procesar información, escribir, hacer clic o diseñar. Gawdat sugiere que prácticamente todo lo producido en la sociedad occidental podría ser generado en última instancia por la IA. Si bien algunos roles podrían persistir por su “conexión humana”, estas oportunidades podrían ser limitadas en alcance y progresión profesional.

A pesar de estas severas advertencias, algunos líderes empresariales y formuladores de políticas siguen siendo optimistas sobre el potencial de la IA para la creación de empleo. Sin embargo, el economista Brendon Bernard de Indeed ofrece una perspectiva más matizada. Sugiere que, en lugar de despidos masivos inmediatos, es más probable un cambio gradual de ciertos empleos, señalando que las tasas de despido recientes en Canadá han sido relativamente bajas. Bernard enfatiza la incertidumbre en torno a la adopción de la IA y si su aplicación finalmente complementará o reemplazará a los trabajadores humanos. Aconseja a las personas que desarrollen proactivamente habilidades en IA para seguir siendo competitivas en el mercado laboral en evolución. Los datos de Indeed respaldan esto, mostrando un rápido aumento en las ofertas de empleo canadienses que mencionan la IA, alcanzando el cuatro por ciento a fines de junio, predominantemente en tecnología pero expandiéndose a varios sectores.

Las preocupaciones sobre el impacto social de la IA se amplifican por un período de significativa inestabilidad económica y política global. Un informe de enero del Gobierno de Canadá, que exploraba posibles escenarios para la movilidad social para 2040, destacó la desigualdad de riqueza como un problema crítico que podría exacerbar la pobreza y la pérdida de empleos. Un escenario teórico en el informe preveía un futuro donde, para 2040, el valor del trabajo humano disminuye significativamente debido a la IA generalizada. En este resultado, los campos creativos y basados en el conocimiento ofrecen menos trabajo, obligando a la mayoría de las personas a depender de trabajos esporádicos precarios y actividades secundarias para sus necesidades básicas. El informe también advirtió que los asistentes de IA avanzados y costosos podrían reforzar las desigualdades estructurales existentes, dificultando que los trabajadores acumulen ahorros o inicien negocios. Es importante señalar que esto se presentó como un escenario potencial con fines de planificación, no como una predicción definitiva.

El gobierno canadiense ha reconocido el poder transformador de la IA, reconociendo su impacto en el trabajo, la vida diaria y la prestación de servicios, particularmente en sectores como finanzas, recursos humanos y servicios digitales. Para abordar este panorama en evolución, recientemente se nombró a un ministro dedicado a la inteligencia artificial. La política declarada del gobierno, según se informa, se centra en aprovechar los beneficios económicos de la IA mientras se salvaguardan los datos y la privacidad de los canadienses, con menos énfasis en la regulación estricta. Gawdat, sin embargo, aboga por un enfoque diferente, defendiendo la regulación del uso de la IA en lugar de la tecnología en sí.

A medida que la IA continúa remodelando el futuro del trabajo, la tensión entre su potencial de progreso y su capacidad de disrupción sigue siendo un desafío central, lo que impulsa tanto la adaptación individual como consideraciones políticas urgentes.