El programa de cazas con IA de DARPA entra en su fase clave
El brazo de investigación avanzada del Pentágono, DARPA, ha confirmado que su programa de Refuerzos de Inteligencia Artificial (AIR), diseñado para desarrollar cazas altamente autónomos capaces de operaciones multiaeronave más allá del alcance visual, está entrando en su crucial segunda fase. Esta progresión marca un paso significativo hacia un futuro en el que los pilotos humanos pueden compartir los cielos, y potencialmente comandar, con sofisticados combatientes aéreos impulsados por IA.
El programa AIR se basa en los conocimientos obtenidos de las pruebas anteriores de Evolución del Combate Aéreo (ACE) de DARPA, que notablemente enfrentaron a cazas F-16 pilotados por IA contra aviadores humanos en combates aéreos simulados. Mientras que ACE demostró la capacidad de la IA para participar en combates cuerpo a cuerpo, AIR tiene como objetivo elevar esta autonomía a un nivel estratégico, permitiendo que los F-16 no tripulados operen de manera cohesiva y táctica como parte de formaciones más grandes, incluso cuando la supervisión humana no sea directa o inmediata.
El reciente avance fue señalado por una modificación de contrato de 11.3 millones de dólares otorgada a Systems & Technology Research (STR) el miércoles. Esta financiación, designada para la “Opción Uno” del programa AIR, transiciona oficialmente el proyecto a su segunda de dos fases. STR tiene la tarea específica de desarrollar los sofisticados algoritmos impulsados por IA necesarios para la “ejecución táctica autónoma distribuida en tiempo real dentro de entornos operativos inciertos, dinámicos y complejos”, esencialmente, creando los cerebros para que estas aeronaves autónomas tomen decisiones en fracciones de segundo y se coordinen eficazmente en el caos del combate aéreo.
Más allá del trabajo de STR en la ejecución táctica, el programa AIR también se centra en una segunda área técnica crítica: la creación de modelos ágiles y precisos que puedan tener en cuenta la incertidumbre en los escenarios de combate y mejorar automáticamente su rendimiento a través de la asimilación continua de datos. El objetivo general del programa es integrar estas capacidades avanzadas de IA con las tecnologías existentes de sensores, guerra electrónica y armas. Los protocolos de prueba se llevarán a cabo mediante simulaciones rigurosas, seguidas de evaluaciones supervisadas por humanos, antes de culminar en puntos de referencia que involucren vehículos aéreos de combate no tripulados.
Aunque el papel de STR en la segunda fase es ahora claro, la lista completa de participantes para esta etapa avanzada sigue sin revelarse. Otros gigantes de la defensa como Lockheed Martin y BAE Systems han sido previamente seleccionados para el programa AIR, pero DARPA ha indicado que la selección de fuentes para la próxima fase está en curso y los detalles sobre otros adjudicatarios aún no pueden divulgarse. El programa en sí está envuelto en cierto grado de secreto, con DARPA confirmando solo que la transición de la fase uno a la dos está en marcha y que la próxima fase se proyecta que dure aproximadamente 30 meses. Las implicaciones a largo plazo de dicha tecnología son profundas, planteando preguntas sobre los futuros roles de los pilotos de cazas humanos y el panorama ético en evolución de la guerra autónoma.