Sam Altman: ¿La IAG impulsará familias más grandes y prósperas?
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha expresado una visión esperanzadora para el futuro, sugiriendo que la llegada de la Inteligencia Artificial General (IAG) podría fomentar condiciones propicias para familias más numerosas y un énfasis renovado en los lazos comunitarios. Sus recientes declaraciones, realizadas durante una aparición en el podcast “People by WTF” con Nikhil Kamath, subrayan la creencia de que la IAG inaugurará una era de abundancia sin precedentes, liberando tiempo y recursos humanos actualmente consumidos por presiones económicas.
Altman, quien recientemente se convirtió en padre y describe su experiencia como “extremadamente cautivado por los niños”, cree que los cambios sociales provocados por la IAG podrían permitir a los individuos priorizar la vida familiar y el compromiso comunitario. Él postula que la tendencia actual de retrasar o renunciar a tener hijos, particularmente entre las generaciones más jóvenes, está impulsada en gran medida por la inestabilidad financiera y las limitaciones de recursos. En un mundo post-IAG, donde se espera que el costo de muchos bienes caiga drásticamente debido a una mayor productividad y a la reducción de los costos de inteligencia y energía, la sociedad podría volverse significativamente más rica. Esta liberación económica, sugiere Altman, permitiría a las personas redirigir su enfoque hacia lo que realmente trae felicidad: la familia y la comunidad.
La misión principal de OpenAI es asegurar que la IAG beneficie a toda la humanidad, y Altman vislumbra un futuro donde estos sistemas avanzados de IA no solo impulsen la economía global, sino que también ayuden en el descubrimiento científico a un ritmo acelerado. Anticipa que la IAG aumentará drásticamente la productividad y el crecimiento económico, lo que podría llevar a un mundo con tanta abundancia que incluso las tasas de interés podrían caer en territorio negativo. Esta visión de una sociedad más afluente y rica en recursos es central para su optimismo sobre el crecimiento demográfico y unidades familiares más fuertes.
Sin embargo, la perspectiva de Altman no está exenta de advertencias. Si bien proyecta un futuro donde el ingenio humano se amplifica y los individuos son mucho más capaces mediante el uso de la IA, también reconoce el potencial de un impacto desigual. Las preocupaciones sobre la desigualdad de riqueza y el desplazamiento de empleos son parte de la conversación más amplia en torno a la integración de la IAG en la sociedad. Altman ha expresado notablemente más preocupación por los trabajadores mayores que pueden estar menos inclinados a reciclarse o readaptarse en una economía impulsada por la IA, en lugar de las generaciones más jóvenes a quienes considera “los niños más afortunados de la historia” debido a su adaptabilidad a las nuevas tecnologías. También hay discusiones en curso sobre la necesidad crítica de asegurar que los beneficios de la IAG se distribuyan ampliamente y de mitigar riesgos como su posible uso indebido por parte de regímenes autoritarios para la vigilancia y el control.
A pesar de estos desafíos, Altman sigue confiando en la capacidad de OpenAI para construir la IAG tal como se entiende tradicionalmente, indicando que la tecnología “está a la vista” y podría llegar antes de lo que muchos esperan, posiblemente tan pronto como en 2025. Él cree que la transición será gradual, permitiendo que la sociedad se adapte y coevolucione con la tecnología. En última instancia, la visión de Altman pinta un cuadro donde la IAG, al resolver muchas de las limitaciones de recursos y tiempo de la humanidad, podría paradójicamente permitir un retorno a los valores humanos fundamentales, haciendo que la elección de tener familias más grandes sea una opción más viable y atractiva.