Conspiraciones Wi-Fi/5G de RFK Jr. en el borrador del informe MAHA
La agenda de salud preliminar de la administración Trump, esbozada en un borrador de informe titulado “Estrategia para que nuestros hijos vuelvan a estar sanos”, parece dispuesta a incorporar una revisión de la seguridad de la radiación electromagnética. Esta medida se hace eco notablemente de teorías conspirativas y afirmaciones falsas sobre Wi-Fi y 5G, largamente desacreditadas y frecuentemente defendidas por Robert F. Kennedy Jr., un destacado defensor antivacunas y secretario de salud de la administración.
El informe de la “Comisión Make America Healthy Again (MAHA)”, un documento muy esperado destinado a guiar la política de salud de la administración, fue obtenido por Politico en una versión borrador el viernes. Aunque el informe aún no ha sido adoptado formalmente por la Casa Blanca, se percibe ampliamente como favorable a los intereses de la industria, ofreciendo escasas recomendaciones políticas específicas o regulaciones propuestas. Por ejemplo, no contiene restricciones sugeridas sobre pesticidas o alimentos ultraprocesados (UPF), a pesar de que estos son prioridades declaradas del movimiento MAHA más amplio.
Más allá de esto, el documento en gran medida repite los puntos de discusión familiares de las extensas cruzadas de salud de Kennedy. Estos incluyen cuestionar la seguridad de las vacunas infantiles, abogar contra la fluoración del agua, promover una mayor actividad física para los niños para combatir enfermedades crónicas, impulsar la eliminación de colorantes alimentarios sintéticos y afirmar que a los niños se les recetan medicamentos en exceso.
Sorprendentemente, el borrador de la estrategia omite cualquier mención de las principales causas de muerte entre los niños estadounidenses, como las armas de fuego y los accidentes automovilísticos. El cáncer, otro asesino significativo, se aborda solo en el contexto de la promoción de nuevas tecnologías de IA dentro de los Institutos Nacionales de Salud. De manera similar, los envenenamientos, una amenaza sustancial para la salud infantil, no se discuten explícitamente. Si bien el informe reconoce la importancia de la calidad del agua, su enfoque es exclusivamente en el fluoruro, pasando por alto otros contaminantes críticos como el plomo o las PFAS. Además, a pesar de priorizar los “alimentos integrales y mínimamente procesados”, la estrategia no ofrece un plan concreto para reducir la proporción de alimentos ultraprocesados en las dietas de los estadounidenses, limitándose a proponer una “definición a nivel gubernamental” para los UPF que guíe futuras investigaciones y políticas.
En medio de estos temas predecibles de MAHA y concesiones a la industria, una breve sección destaca por su innegable vínculo con afirmaciones sin fundamento. El borrador incluye un pasaje conciso sobre la radiación electromagnética, afirmando que el departamento de salud, junto con otras agencias federales no nombradas, realizará estudios para identificar “lagunas en el conocimiento” con respecto a su seguridad y eficacia.
Aunque vaga, esta sección trae inmediatamente a la mente el historial de Kennedy de afirmar falsamente que la radiación electromagnética de fuentes como Wi-Fi y 5G causa una serie de problemas de salud. Sus afirmaciones sin respaldo abarcan desde cáncer, autismo y diversas discapacidades mentales y cognitivas hasta estrés postraumático, fatiga crónica y diabetes tipo 2. En una aparición en podcast en 2023, Kennedy afirmó, sin pruebas, que “la radiación Wi-Fi abre la barrera hematoencefálica, por lo que todas estas toxinas que están en su cuerpo ahora pueden entrar en su cerebro”. Durante su audiencia de confirmación en el Senado en enero, Kennedy reafirmó estas creencias al Senador Andrew Kim (D-NJ), añadiendo que el 5G es igualmente dañino, “cambia el ADN” e incluso se está utilizando para “vigilancia masiva”.
Fundamentalmente, ninguna de estas afirmaciones está respaldada por evidencia científica. Una investigación exhaustiva generalmente no encuentra riesgos para la salud asociados con el 5G o el Wi-Fi. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece explícitamente en su sitio web que, “Hasta la fecha, y después de muchas investigaciones realizadas, no se ha relacionado causalmente ningún efecto adverso para la salud con la exposición a tecnologías inalámbricas”. La OMS ha concluido de manera similar que, “A pesar de una extensa investigación, hasta la fecha no hay evidencia para concluir que la exposición a campos electromagnéticos de bajo nivel sea perjudicial para la salud humana”. La inclusión de tal revisión en un borrador de estrategia de salud, a pesar del abrumador consenso científico en contrario, plantea preguntas significativas sobre la base de evidencia que guía la futura política de salud pública.