Nvidia se niega a incluir puertas traseras en chips de IA: "Son un riesgo de ciberseguridad"
David Reber Jr., director de seguridad de Nvidia, publicó recientemente una entrada de blog afirmando de forma inequívoca que los potentes procesadores de IA de la compañía “no tienen ni deberían tener interruptores de apagado y puertas traseras”. Esta declaración definitiva se produce en medio de una importante presión geopolítica, ya que los legisladores estadounidenses abogan por la inclusión de tales características en los chips avanzados, mientras que los funcionarios chinos han expresado simultáneamente su preocupación de que estas mismas vulnerabilidades ya puedan estar presentes.
La publicación de Reber Jr. parece ser una respuesta directa a los esfuerzos legislativos dentro de Estados Unidos. En mayo, un grupo bipartidista en el Congreso introdujo la Ley de Seguridad de Chips, un proyecto de ley propuesto para exigir a los fabricantes de chips como Nvidia que incorporen tecnología de rastreo para detectar el transporte internacional ilegal de sus productos. De manera crucial, la legislación también deja abierta la posibilidad de medidas de seguridad adicionales, incluidos interruptores de apagado remotos que podrían deshabilitar los chips sin el conocimiento o consentimiento del usuario. Este impulso de Washington coincide con los esfuerzos continuos de Nvidia para obtener permisos y reanudar la venta de ciertos chips de IA en China, incluso mientras su hardware más avanzado sigue sujeto a estrictos controles de exportación de EE. UU. a nivel mundial.
Abordando la lógica detrás de estas medidas propuestas, Reber Jr. reconoció que “algunos expertos y formuladores de políticas proponen exigir ‘interruptores de apagado’ de hardware o controles incorporados que puedan deshabilitar remotamente las GPU sin el conocimiento y consentimiento del usuario” para mitigar los riesgos de uso indebido. Luego hizo una referencia sutil a las preocupaciones que emanan de Pekín, señalando: “Algunos sospechan que ya podrían existir”. Esta declaración alude a una investigación iniciada por las autoridades chinas sobre supuestas vulnerabilidades de “lagunas y puertas traseras” dentro de los chips H20 que Nvidia ya ha vendido en el país.
El CISO de Nvidia rechazó enérgicamente el concepto de puntos de acceso ocultos, afirmando que “no existe una ‘buena’ puerta trasera secreta, solo vulnerabilidades peligrosas que deben ser eliminadas”. Caracterizó además los interruptores de apagado como “una invitación abierta al desastre”, antes de dirigirse directamente a los formuladores de políticas de EE. UU. Reber Jr. argumentó que tales requisitos no constituyen una política sólida y, de hecho, “dañarían irreparablemente los intereses económicos y de seguridad nacional de Estados Unidos”.
La rotunda negativa de la compañía subraya un delicado equilibrio. Tanto Nvidia como el gobierno de EE. UU. buscan idealmente establecer a la compañía como el principal proveedor de chips de IA a China. Sin embargo, la perspectiva de un acceso gubernamental directo de EE. UU. a estos componentes de hardware críticos podría poner en grave peligro esta ambición. A medida que los fabricantes de chips chinos mejoran constantemente su rendimiento y capacidades de producción, impulsados por un imperativo nacional de desarrollar alternativas de fabricación propia, el panorama del mercado está evolucionando rápidamente. Esto plantea la clara posibilidad de que Nvidia vea su posición dominante usurpada por competidores nacionales como Huawei, una empresa íntimamente familiarizada con las repercusiones de la erosión de la cuota de mercado derivada de las acusaciones de acceso gubernamental a su tecnología. La postura de Nvidia, por lo tanto, refleja un cálculo estratégico destinado a preservar su liderazgo en el mercado mientras navega por las complejas demandas geopolíticas.