Trump planea aranceles a chips de IA: ¿Temblor en el sector tecnológico de EE. UU.?
El sector de semiconductores de EE. UU. se prepara para una agitación significativa, ya que la administración del presidente Donald Trump ha señalado su intención de imponer nuevos aranceles a chips y semiconductores tan pronto como la próxima semana. Este anuncio, realizado durante una entrevista en CNBC, llega en medio de una revisión más amplia de la estrategia nacional de chips de IA y está a punto de generar repercusiones en las empresas estadounidenses de hardware e inteligencia artificial que ya lidian con dinámicas complejas de la cadena de suministro y paisajes políticos cambiantes.
Si bien los detalles específicos sobre el alcance y la magnitud de los próximos aranceles permanecen en gran parte sin revelar, el presidente Trump enfatizó que la medida está diseñada para incentivar la fabricación nacional y traer más producción de chips de vuelta a Estados Unidos. Esta postura agresiva es consistente con su política comercial más amplia de “Estados Unidos Primero”, que ve los aranceles como una herramienta crucial para remodelar las cadenas de suministro globales. El Departamento de Comercio de la administración ha estado investigando el mercado de semiconductores desde abril, sentando las bases para estos posibles aranceles en una industria que se proyecta generará casi 700 mil millones de dólares en ventas globales este año.
Los aranceles propuestos representan una categoría distinta de los aranceles de importación más amplios, como los aranceles del 15% recientemente impuestos a bienes de la Unión Europea, Japón y otros mercados, e incluso el arancel existente del 20% sobre las exportaciones taiwanesas. Este enfoque selectivo subraya el enfoque de la administración en los semiconductores como una prioridad estratégica de seguridad nacional y económica. Sin embargo, la medida ha encendido preocupaciones dentro de la industria. Muchos gigantes tecnológicos estadounidenses, incluidos HP y Dell, han advertido previamente que los impuestos adicionales sobre los chips inevitablemente aumentarían los costos para los consumidores y perturbarían sus ya complejas cadenas de suministro.
El momento de estos aranceles es particularmente crítico dado el panorama actual de la industria global de semiconductores. A pesar de que más de la mitad de las empresas globales de semiconductores tienen su sede en EE. UU., la nación actualmente produce solo el 8% de los chips del mundo, una fuerte disminución del 100% al inicio de la industria. Si bien iniciativas como la Ley CHIPS y Ciencia de 2022 han asignado miles de millones en subsidios para impulsar la fabricación nacional, con empresas como Intel y TSMC recibiendo financiación significativa para instalaciones en EE. UU., la construcción de plantas avanzadas de semiconductores es un esfuerzo de varios años y miles de millones de dólares. Por ejemplo, TSMC se ha comprometido a inversiones sustanciales en Arizona, con instalaciones que se espera produzcan chips de 4 nm para infraestructura de IA para 2025, sin embargo, su producción actual no puede satisfacer de forma independiente la demanda de EE. UU. Los analistas de la industria destacan que los aranceles podrían aumentar inmediatamente los costos para las empresas estadounidenses, ya que las alternativas nacionales aún están a años de una producción significativa.
Esta estrategia arancelaria también se entrelaza con la revisión más amplia de la estrategia de chips de IA de la administración, que busca acelerar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial. La administración Trump ha estado explorando activamente formas de mantener el dominio sobre rivales como China, incluido el endurecimiento de los controles de exportación sobre chips de IA de alto rendimiento, mientras invierte fuertemente en infraestructura de IA de desarrollo propio. Esto incluye proyectos como el Proyecto Stargate de 500 mil millones de dólares, una empresa público-privada destinada a establecer centros de datos masivos de IA. Sin embargo, algunos expertos sugieren que simplemente “negar los chips no funciona” como estrategia a largo plazo, abogando por un enfoque en la construcción de la industria y el establecimiento de estándares para mantenerse a la vanguardia.
La Asociación de la Industria de Semiconductores ha advertido que “los aranceles unilaterales corren el riesgo de elevar los precios para los consumidores y empresas de EE. UU.”. A medida que se acerca la fecha límite del 7 de agosto para algunos aranceles más amplios, y con los aranceles específicos de semiconductores esperados “dentro de la próxima semana o así”, la industria enfrenta una mayor incertidumbre. La intención de la administración es clara: obligar a las empresas a establecer más plantas de fabricación en suelo estadounidense. Sin embargo, el futuro inmediato puede ver a las empresas de tecnología y hardware lidiando con mayores costos de insumos y posibles interrupciones en la cadena de suministro, lo que subraya el delicado equilibrio entre las políticas comerciales proteccionistas y las realidades de un ecosistema tecnológico global profundamente interconectado.