Entrevista IA a víctima de Parkland desata tormenta ética

Gizmodo

Lo que se promocionó como una “entrevista única en su tipo” ha desatado, en cambio, un ferviente debate en todo el panorama mediático, marcando potencialmente un nuevo y perturbador capítulo en la era de la inteligencia artificial. Jim Acosta, el expresentador de CNN que ahora conduce un programa en Substack, se encontró en el epicentro de esta controversia después de realizar una conversación televisada con una imagen generada por IA de Joaquín Oliver, un joven de 17 años trágicamente asesinado en el tiroteo de 2018 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida.

La entrevista, que se emitió a petición explícita de los padres de Joaquín, fue concebida como un esfuerzo conmovedor para preservar la memoria de su hijo y amplificar su apasionado mensaje contra la violencia armada. Sin embargo, el segmento rápidamente recibió una condena generalizada de los espectadores de todo el espectro político, quienes lo tildaron de explotador, emocionalmente manipulador y un precedente peligroso para el periodismo.

Acosta adelantó el segmento por primera vez en X (anteriormente Twitter) el 4 de agosto, invitando a las audiencias a un programa que presentaba una “entrevista con Joaquín Oliver. Él murió en el tiroteo escolar de Parkland en 2018. Pero sus padres han creado una versión de IA de su hijo para entregar un poderoso mensaje sobre la violencia armada”. En el clip, Acosta le hizo una pregunta al avatar de IA: “Joaquín, me gustaría saber cuál sería tu solución para la violencia armada”. La IA respondió con una respuesta completa, sugiriendo “una combinación de leyes de control de armas más estrictas, apoyo a la salud mental y participación comunitaria”, enfatizando la necesidad de “espacios seguros para conversaciones y conexiones” y “construir una cultura de amabilidad y comprensión”. En un giro sorprendente, el avatar luego le preguntó a Acosta su opinión, a lo que él respondió: “Creo que es una gran idea”.

El tuit promocional rápidamente obtuvo casi 4 millones de vistas, pero también desató un torrente de críticas. Los usuarios acusaron a Acosta de sobrepasar los límites éticos, utilizando la imagen digital de un niño fallecido para avanzar una agenda política. Los comentarios variaron desde “¡Jim Acosta toca un nuevo mínimo… Entrevista una versión de IA de un niño muerto para impulsar el control de armas!!!” hasta “¿¡Qué demonios!? Esto es más que enfermo” y “Esta es una de las cosas más extrañas que he visto en mi vida”. La reacción fue tan intensa que Acosta finalmente deshabilitó las respuestas en el tuit.

Incluso dentro de la industria de los medios, el segmento provocó una dura reprimenda. El periodista Glenn Greenwald destacó la “repulsión interideológica” que provocó la entrevista, señalando preocupaciones sobre la IA “superando a la humanidad, la explotación mediática sórdida [y] la capacidad de crear videos falsos”. Estas críticas subrayan preguntas fundamentales sobre la confianza, la ética y las profundas implicaciones de usar la IA para hablar en nombre de los muertos. Los críticos temen que tales aplicaciones puedan allanar el camino para una manipulación sin precedentes, imaginando escenarios donde grupos políticos podrían crear avatares de IA de fetos para argumentar contra el aborto, o las empresas podrían generar respaldos póstumos de celebridades. El problema central gira en torno a cómo la sociedad navegará por el campo minado ético de la IA generativa en los medios y la defensa.

En respuesta a la creciente indignación, Acosta defendió su decisión enfatizando que el concepto se originó directamente de los padres de Joaquín, Manuel y Patricia Oliver. En un tuit de seguimiento, Acosta publicó: “Joaquín, conocido como Guac, hoy tendría 25 años. Su padre se acercó a mí para hacer la historia… para mantener vivo el recuerdo de su hijo”. Vinculó a un video donde Manuel Oliver explicó emocionalmente: “Soy Manuel Oliver. Soy el padre de Joaquín Oliver… Le pedimos a nuestro amigo Jim Acosta que hiciera una entrevista con nuestro hijo, porque ahora, gracias a la IA, podemos traerlo de vuelta. Fue nuestra idea”. Oliver continuó, afirmando: “Sentimos que Joaquín tiene muchas cosas que decir, y mientras tengamos una opción que nos permita llevarles eso a ustedes y a todos, la usaremos”. Acosta instó a los espectadores a ver el video del padre, implicando que los deseos de los padres proporcionaban un contexto crucial y merecían respeto.

Independientemente de la sincera intención de los padres, la entrevista ha encendido un ajuste de cuentas cultural más amplio. Para algunos, representa una aplicación conmovedora, aunque poco convencional, de la tecnología para honrar a un ser querido perdido. Para muchos otros, sin embargo, significa una fusión profundamente incómoda de realidad y simulación, arriesgando la deshumanización del difunto y transformando la tragedia personal en activismo renderizado algorítmicamente. El incidente obliga a un examen crítico de si esto marca una nueva normalidad en el recuerdo digital o un momento decisivo que obliga a la sociedad a establecer límites éticos claros para el uso de la IA.