UK: Scan secreto de datos pasaporte/inmigración por reconocimiento facial

Theregister

El Ministerio del Interior del Reino Unido ha sido acusado de una asombrosa falta de transparencia después de que se revelara que las fuerzas policiales han estado realizando en secreto escaneos de reconocimiento facial contra vastas bases de datos que contienen fotografías de pasaportes e inmigración. Esta práctica clandestina, que ha experimentado un aumento dramático en los últimos años, ha provocado una feroz condena por parte de los activistas de la privacidad, quienes la tildan de “asombrosa”, “peligrosa” y “orwelliana”.

Las investigaciones, impulsadas principalmente por solicitudes de Libertad de Información de grupos como Big Brother Watch y Privacy International, han sacado a la luz que el gobierno del Reino Unido ha permitido que las imágenes de sus bases de datos de pasaportes e inmigración estén disponibles para sistemas de reconocimiento facial sin el conocimiento público o parlamentario. Estas bases de datos contienen colectivamente un estimado de 150 millones de fotografías, incluyendo aproximadamente 58 millones de fotos de cabeza de pasaportes biométricos y otros 92 millones de registros de inmigración y solicitudes de visa. Esto supera con creces la Base de Datos Nacional de la Policía (PND), que contiene alrededor de 20 millones de imágenes, predominantemente de individuos que han sido arrestados o son de interés policial.

La escala de esta vigilancia encubierta está aumentando rápidamente. Las búsquedas policiales en la base de datos de pasaportes saltaron de solo dos en 2020 a 417 en 2023. De manera similar, los escaneos utilizando fotos de la base de datos de inmigración aumentaron de 16 en 2023 a 102 en 2024, lo que representa un aumento de casi siete veces. Grupos de privacidad, incluidos Big Brother Watch y Privacy International, han escrito tanto al Ministerio del Interior como a la Policía Metropolitana, pidiendo urgentemente la prohibición de esta práctica. Argumentan que convertir millones de fotos de pasaportes de ciudadanos inocentes en una base de datos de reconocimiento facial de la policía sin consentimiento explícito o una base legal clara constituye una “violación histórica del derecho a la privacidad”.

Los críticos destacan los graves riesgos de identificación errónea y la posible injusticia inherentes a tales sistemas, particularmente dada la falta de salvaguardias sólidas. La ausencia de un marco legal dedicado para el reconocimiento facial en el Reino Unido ha sido durante mucho tiempo un punto de contención, con las implementaciones existentes operando bajo principios generales de protección de datos y derechos humanos junto con orientaciones no vinculantes. Un fallo histórico del Tribunal de Apelación de 2020 en Bridges v South Wales Police ya encontró que el uso policial del reconocimiento facial en vivo era ilegal debido a “deficiencias fundamentales” en el marco legal, lo que subraya la necesidad apremiante de parámetros legales definidos.

Si bien el Ministerio del Interior ha indicado que está trabajando en la formulación de una política y el Secretario del Interior ha expresado el deseo de un “marco legal claro”, aún no se ha publicado ningún proyecto de ley formal. Esto ocurre en medio de discusiones más amplias sobre la propagación generalizada de la tecnología de reconocimiento facial, no solo en la policía sino también en escuelas y comercios. La Policía Metropolitana, por ejemplo, ha anunciado recientemente planes para duplicar con creces el uso de sus implementaciones de reconocimiento facial en vivo, citando recortes presupuestarios y la necesidad de combatir delitos graves, una medida que ha alarmado aún más a los grupos de libertades civiles.

Expertos como el Ada Lovelace Institute han advertido que el enfoque fragmentado del Reino Unido hacia la gobernanza de la tecnología biométrica crea un área gris legal peligrosa, erosionando la confianza pública y la rendición de cuentas. La Unión Europea, en contraste, adoptó la Ley de IA en mayo de 2025, que prohíbe el reconocimiento facial en tiempo real en espacios públicos, excepto bajo circunstancias de aplicación de la ley estrictamente definidas, lo que ejerce presión adicional sobre el Reino Unido para que aclare su propia postura.

Esta revelación sobre los escaneos secretos de bases de datos intensifica el llamado urgente a una legislación integral. Sin un marco legal claro y una supervisión parlamentaria genuina, millones de individuos permanecen sujetos a una capacidad de vigilancia que opera en gran medida en las sombras, planteando profundas preguntas sobre la privacidad, las libertades civiles y la rendición de cuentas democrática del poder estatal.