Ejército de EE. UU. Prueba Dron Terrestre con IA Cerca de Rusia
El Ejército de EE. UU. se ha embarcado en un avance significativo en tecnología militar, probando activamente drones terrestres controlados por IA cerca de una frontera con Rusia, un desarrollo que está a punto de remodelar la logística y la estrategia de la guerra moderna. Las pruebas, realizadas como parte del Ejercicio Agile Spirit 25 en Vaziani, Georgia, a solo 100 millas del territorio ocupado por Rusia, presentan un sistema innovador conocido como “OverDrive”, que impulsa el vehículo terrestre autónomo “ULTRA”.
Desarrollado por Overland AI, con sede en Seattle, la pila de autonomía OverDrive está diseñada para permitir que los vehículos terrestres naveguen por terrenos formidables e impredecibles con una intervención humana mínima. Esta capacidad es crucial para operaciones en entornos desafiantes, incluidos aquellos donde las señales GPS son denegadas o la guerra electrónica está activa. El vehículo ULTRA, una plataforma todoterreno de tracción total del tamaño aproximado de un automóvil, está diseñado para operar de forma independiente, lo que lo distingue de los robots tradicionales controlados a distancia. Su papel principal actual se centra en el reabastecimiento de combate, entregando eficientemente carga vital como municiones de mortero de 60 mm y 120 mm a los soldados de primera línea, reduciendo así el riesgo para el personal humano. Las futuras adaptaciones se prevén para incluir evacuación médica, sistemas antidrones (C-UAS), operaciones de conformación del terreno y reconocimiento avanzado.
La ubicación estratégica de estas pruebas en Georgia, una nación con disputas territoriales en curso y una significativa presencia militar rusa, subraya las implicaciones geopolíticas de tales avances tecnológicos. Esta iniciativa no es un proyecto repentino, sino la culminación de más de una década de investigación, desarrollo, pruebas y evaluación por parte del Ejército de EE. UU. en varios niveles de autonomía y tecnologías asociadas. El contexto más amplio revela una carrera armamentística global en IA militar, con Rusia y China también invirtiendo fuertemente en capacidades similares de vehículos terrestres autónomos.
La fuerza impulsora detrás de esta rápida integración de la IA en los vehículos terrestres militares es un deseo imperioso de mejorar la seguridad operativa, reducir las bajas humanas y mejorar la eficiencia logística. Al desplegar sistemas autónomos como ULTRA en zonas peligrosas, el Ejército de EE. UU. tiene como objetivo mantener a los soldados fuera de peligro, permitiendo que las máquinas realicen tareas peligrosas. Este impulso se alinea con los esfuerzos de modernización más amplios del Ejército, incluido el programa de Vehículos de Combate Robóticos (RCV) y el proyecto de Vehículos de Combate de Próxima Generación (NGCV), todos orientados a aumentar la adaptabilidad y la efectividad en el campo de batalla.
Sin embargo, la proliferación de la IA en aplicaciones militares, particularmente sistemas capaces de tomar decisiones autónomas, plantea profundos dilemas éticos y legales. Persisten las preocupaciones sobre la capacidad de una máquina para discernir entre combatientes y no combatientes, la responsabilidad por posibles crímenes de guerra cometidos por sistemas autónomos y la perspectiva escalofriante de un umbral más bajo para participar en conflictos si las vidas humanas no están directamente en riesgo. Si bien algunos defensores argumentan que la IA podría conducir a una guerra más “humana” al eliminar emociones humanas como el miedo o la ira, el Secretario General de las Naciones Unidas ha pedido notablemente la prohibición de los sistemas de armas autónomos, calificándolos de “moralmente repugnantes”. Incluso dentro de la industria de defensa, hay cautela contra confiar plenamente a la IA las decisiones de vida o muerte.
A medida que el Ejército de EE. UU. continúa superando los límites de la guerra terrestre autónoma, integrando el OverDrive de Overland AI en varios programas como DARPA RACER y el proyecto Ground Vehicle Autonomous Pathways de la Unidad de Innovación de Defensa, el mundo observa. Estos avances, junto con el desarrollo de otros vehículos terrestres militares autónomos como el Ripsaw M3, significan una era transformadora en la tecnología militar, exigiendo una cuidadosa consideración de sus profundas implicaciones para la seguridad global y la ética humana.