Hidden Door: El juego de IA que redefine la narrativa interactiva

Theverge

Años antes de que los grandes modelos de lenguaje encendieran el auge de la IA generativa, un juego llamado AI Dungeon 2 ofrecía un vistazo a la improvisación abierta narrada por IA. Ahora, una nueva plataforma llamada Hidden Door, actualmente en acceso anticipado, retoma este concepto, permitiendo a los usuarios coescribir historias al estilo “elige tu propia aventura” con inteligencia artificial. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores o los chatbots de propósito general, el narrador de IA de Hidden Door impone límites cruciales dentro del universo a las acciones del jugador, una elección de diseño que, paradójicamente, constituye una parte significativa de su atractivo.

Hidden Door está diseñado para sumergir a los jugadores en mundos ficticios familiares, incluyendo entornos de dominio público como El Mago de Oz y Orgullo y Prejuicio, junto con propiedades con licencia como El Cuervo. El viaje comienza con la creación del personaje, donde los jugadores definen la historia de fondo de su avatar y sus rasgos notables. El sistema presenta entonces un escenario inicial, incitando al jugador a responder de manera muy similar a un participante en un juego de rol de mesa interactuando con un director de juego. Ciertas decisiones pueden incluso implicar una tirada de dados tras bambalinas para determinar el éxito o el fracaso, con la narrativa desarrollándose orgánicamente independientemente del resultado. Durante el juego, los jugadores recogen “cartas” que representan personajes y ubicaciones, sirviendo como una referencia útil para los elementos clave de la historia. El narrador de IA también posee su propio mazo de cartas de “puntos de trama”, ofreciendo ocasionalmente a los jugadores opciones para dirigir el curso de la historia.

Esta adhesión deliberada a la lógica narrativa es donde Hidden Door diverge fundamentalmente de un chatbot de forma libre. Consideremos, por ejemplo, un escenario que involucra una variación vampírica de Orgullo y Prejuicio, apodada “Cortejo y Carmesí”. Como jugador, uno podría elegir encarnar a un cazador de vampiros impulsado por un “sentido inquebrantable del deber y una sed de venganza”. El juego podría entonces dejar al personaje en un evento social donde se avista un posible vampiro. Si bien existen opciones preestablecidas, un jugador podría intentar un asalto directo y armado. Hidden Door permitiría esto, incluso si el “vampiro” resulta ser una ilusión. Sin embargo, si un jugador intentara una maniobra similar con un chatbot de propósito general como ChatGPT, por ejemplo, adquiriendo de repente un “arco imbatible con flechas de plata” para despachar instantáneamente a todos los vampiros en la Tierra y más allá, el chatbot lo cumpliría fácilmente, cortocircuitando cualquier desafío significativo o progresión narrativa. Hidden Door, por el contrario, intervendría, redirigiendo suavemente al jugador hacia acciones apropiadas dentro del universo, como intentar una conversación para recopilar información. Esta imposición de coherencia interna es fundamental para su diseño.

Sin embargo, esta mano guía a veces puede sentirse excesivamente restrictiva. En un escenario de El Mago de Oz, un intento de que un reportero “atrevido y adicto al peligro” confrontara a un portero hipnotizado intentando repetidamente golpearlo o agarrarlo fue recibido con un mensaje de “fallaste”. Si bien esto podría atribuirse a una inusual mala suerte en las tiradas de dados, incluso cuando las acciones tienen éxito, hay una sensación subyacente de que la IA está sutilmente moviendo los hilos de la historia, impidiendo interacciones prolongadas con personajes aleatorios. En consecuencia, la narración puede sentirse ocasionalmente inconexa, asemejándose a una serie de ritmos distintos guiados por la IA en lugar de una narrativa cohesiva y fluida. Por ejemplo, en una historia de vampiros, un director de orquesta continuó ofreciendo explicaciones para un misterioso hilo argumental incluso cuando el personaje del jugador lo ignoró ostensiblemente, centrándose en atacar a otro personaje. Esta experiencia carece de la camaradería espontánea y la “fanfarronería” colaborativa inherentes a un juego de mesa en vivo con compañeros humanos.

La plataforma también presenta algunas imperfecciones técnicas. El tiempo de procesamiento del narrador de IA puede ser notablemente largo, a menudo de varios segundos, lo que lleva a la distracción del jugador. Ocasionalmente también aparecen pequeños errores de texto, como descripciones de personajes copiadas y pegadas con puntuación mal colocada.

A pesar de estas imperfecciones, el enfoque de Hidden Door en mundos narrativos familiares presenta una nueva vía convincente para interactuar con los narradores de IA. Al evitar que los jugadores simplemente rompan las reglas para una victoria instantánea, obliga a la participación dentro de la lógica establecida de cada historia, por fantástica que sea. Además, el uso de la plataforma de obras de dominio público y con licencia, junto con la profunda participación reportada de los autores en el proceso de creación, teóricamente asegura el cumplimiento de los derechos de autor. El testimonio más significativo del potencial de Hidden Door es su capacidad para intrigar, haciendo que los jugadores sientan una genuina curiosidad por el próximo capítulo de su aventura creada por IA, incluso cuando el actual tiene sus frustraciones.