ILTACon Día Dos: El Impacto Temprano de la IA en la Gestión del Conocimiento Legal y la Hora Facturable

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El segundo día de ILTACon puso de manifiesto la relación transformadora pero compleja entre la inteligencia artificial y la profesión legal, con profundas inmersiones en su impacto en la gestión del conocimiento, la venerable hora facturable y el despliegue estratégico del capital humano.

Una importante mesa redonda sobre gestión del conocimiento (KM) reveló un sentimiento predominante de escepticismo con respecto a las herramientas de IA, lo que refleja una industria que aún se encuentra en sus primeras etapas de adopción. Muchas firmas expresaron dudas en invertir fuertemente en soluciones cuya viabilidad a largo plazo sigue siendo incierta, lo que llevó a lo que algunos denominaron “fatiga de programas piloto” a medida que los equipos de KM hacen malabares evaluando numerosas herramientas junto con sus tareas regulares. A pesar de esto, las firmas que han comenzado a integrar la IA están reportando un valor tangible. Esto no se trata solo de ahorrar tiempo, sino, lo que es más crucial, de reasignarlo a actividades de mayor valor. Los abogados, por ejemplo, están aprovechando la IA para generar borradores iniciales o calendarios de divulgación, liberándolos para centrarse en el análisis estratégico en lugar de la edición minuciosa o de empezar desde una página en blanco. El adagio, “los abogados prefieren un bolígrafo rojo a una página en blanco”, resonó profundamente, subrayando la utilidad de la IA para proporcionar un punto de partida para el perfeccionamiento.

Un desafío significativo que se destacó fue el desorden del conocimiento interno. Muchas firmas de abogados no almacenan consistentemente todos los documentos dentro de sus sistemas de gestión documental (DMS), lo que lleva a información dispersa en varias plataformas como OneDrive, SharePoint y carpetas personales. Esta fragmentación impide la búsqueda eficiente, plantea preocupaciones de seguridad y complica el control de versiones, a menudo dejando incluso a los abogados originales inciertos sobre el documento final. La llegada de herramientas de IA como Copilot, que pueden sacar a la luz documentos previamente oscuros, está poniendo de manifiesto estos problemas de control de acceso, revelando vulnerabilidades de seguridad más profundas. Para que la adopción de la IA escale, la integración perfecta entre sistemas es primordial; una experiencia de usuario fragmentada, más que las salidas imperfectas de la IA, está demostrando ser la mayor barrera para la adopción. Este panorama en evolución también está reformando los roles de KM, cambiándolos de un mero mantenimiento de la base de conocimientos a la orquestación de flujos de trabajo de IA, asegurando la calidad de los datos e incluso ayudando a los clientes con sus propias implementaciones de IA, lo que potencialmente requiere un aumento en la dotación de personal de KM. En última instancia, el consenso fue claro: la adopción exitosa de la IA depende de procesos robustos y una cultura organizacional saludable; sin estos, incluso las herramientas más avanzadas se convierten en distracciones costosas.

El acalorado debate sobre las “Horas Facturables (con IA)” exploró si la IA alterará fundamentalmente el modelo tradicional de servicio legal. La discusión sobre los acuerdos de honorarios alternativos (AFAs) vio más apoyo de la audiencia por sus beneficios, como la previsibilidad para los clientes, un enfoque en el valor y la liberación de los abogados para el trabajo estratégico, a pesar de las preocupaciones sobre la precisión de los precios y las dificultades de redefinición del alcance. Cuando se preguntó qué desean realmente los clientes de las firmas que utilizan IA, el consenso se inclinó hacia una calidad mejorada y un uso más eficaz del gasto, en lugar de solo costos más bajos, aunque la eficiencia de costos sigue siendo un indicador clave de rendimiento para los departamentos legales.

Surgió un punto convincente con respecto al impacto de los AFAs en los abogados junior. Los defensores argumentaron que los AFAs reducen el miedo a las cancelaciones, alentando a los socios a involucrar y capacitar a los asociados junior, viéndolo como una valiosa inversión a largo plazo. La audiencia estuvo en gran parte de acuerdo en que los AFAs benefician a los abogados junior. El debate también abordó si las estructuras de ingresos tradicionales de las firmas de abogados impiden la innovación. La mayoría sintió que la compensación de los socios ligada a las relaciones con los clientes puede, de hecho, crear resistencia a nuevos enfoques, sugiriendo que la IA podría ser una herramienta para demostrar un mayor valor y atraer nuevos clientes. Además, se espera que el papel de los profesionales aliados crezca significativamente debido a la influencia de la IA, aunque no necesariamente creando nuevas fuentes de ingresos. Sin embargo, a pesar del rápido ritmo de cambio, tanto el panel como la audiencia estuvieron en gran parte de acuerdo en que es poco probable que la hora facturable quede obsoleta en los próximos cinco años, ya que las necesidades de los clientes continúan evolucionando.

Finalmente, una clase magistral sobre “Mapeo del Tiempo a los Resultados” subrayó un descuido crítico en la adopción de la IA: las firmas a menudo miden las tasas de adopción en lugar de la verdadera métrica de valor: el tiempo invertido. Un ejemplo sorprendente citó la experiencia de una firma con Copilot, que redujo una tarea de 100 horas al mes a solo 20, un ahorro que solo fue evidente a través de una medición diligente antes y después. La conclusión central fue que las firmas operan a ciegas en su “cadena de suministro de capital humano” sin mapear las entradas de tiempo a los resultados a través de una recopilación de datos adecuada. Si bien la IA sobresale en la automatización de la investigación y la generación de sugerencias, el pensamiento estratégico y la persuasión siguen siendo dominios exclusivamente humanos. La industria legal se está moviendo hacia un modelo “agente-primero” para las tareas rutinarias, enfatizando que una mejor medición mejora directamente las tasas de realización. El principio fundamental es simple: no se puede optimizar lo que no se mide, y las métricas de adopción por sí solas no revelan el ahorro de tiempo real o la creación de valor.