LAPD explora GeoSpy: IA para ubicar fotos, ¿a qué costo para la privacidad?
Según correos electrónicos obtenidos por 404 Media, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) ha expresado interés en GeoSpy, una herramienta avanzada de inteligencia artificial capaz de determinar la ubicación exacta de una fotografía en cuestión de segundos. Este desarrollo señala un salto significativo en las capacidades tecnológicas de las fuerzas del orden, pero también reaviva debates apremiantes en torno a la privacidad y el despliegue ético de la IA.
GeoSpy, desarrollada por Graylark Technologies, con sede en Boston, es una plataforma impulsada por IA diseñada para identificar dónde se tomó una foto analizando meticulosamente sus elementos visuales. A diferencia de los métodos tradicionales que podrían depender de metadatos incrustados, GeoSpy examina detalles como la vegetación, los estilos arquitectónicos, el terreno, las superficies de las carreteras e incluso las sutiles condiciones de iluminación para determinar una ubicación. Entrenada con millones de imágenes, la herramienta presume de una velocidad y precisión impresionantes, a menudo reduciendo un área de búsqueda a unos pocos kilómetros cuadrados o incluso logrando una precisión a nivel de metro en segundos, una tarea que antes exigía horas de minucioso trabajo manual de inteligencia de código abierto (OSINT) por parte de expertos altamente especializados.
Los correos electrónicos de octubre de 2024 revelan que un oficial del LAPD de la división de Robos y Homicidios preguntó sobre GeoSpy, solicitando específicamente una licencia de un solo usuario. La comunicación indica que, si bien el LAPD estaba explorando la herramienta, no se anticipaba ninguna posible compra, con un precio de $5,000 anuales por usuario para 350 búsquedas, hasta aproximadamente un año después de la consulta. Aumentando la complejidad, el fundador de GeoSpy, Dan Heinen, compartió notablemente un video que demostraba la posible aplicación de la herramienta en relación con los inmigrantes indocumentados dentro de las ciudades santuario, con un enfoque específico en Los Ángeles.
Aunque GeoSpy se comercializa ahora principalmente para agencias gubernamentales y fuerzas del orden, inicialmente estuvo disponible para el público durante varios meses. Durante este período, surgieron informes de individuos que abusaron de esta poderosa herramienta para propósitos como el acoso, lo que llevó a Graylark Technologies a restringir el acceso público. Este incidente subraya los profundos dilemas éticos inherentes a la disponibilidad generalizada de capacidades de geolocalización tan potentes. Los críticos argumentan que herramientas como GeoSpy podrían permitir una invasión generalizada de la privacidad, permitiendo a cualquiera determinar el origen de imágenes privadas, incluidos hogares o lugares de trabajo, y potencialmente ser utilizadas como arma por actores maliciosos.
El interés del LAPD en GeoSpy encaja en una tendencia más amplia de las agencias de aplicación de la ley que adoptan cada vez más la IA, una práctica que ha generado constantemente preocupaciones sobre la equidad, la transparencia y la rendición de cuentas. Instancias pasadas, como los controvertidos programas de policía de datos del LAPD y la divulgación de identidades de oficiales encubiertos, destacan la historia del departamento de navegar el escrutinio público sobre el uso de datos y la privacidad. Los expertos enfatizan la necesidad crítica de marcos éticos robustos, supervisión humana y políticas transparentes para evitar que los sistemas de IA perpetúen sesgos o infrinjan las libertades civiles. A medida que la tecnología continúa avanzando rápidamente, el desafío radica en equilibrar sus innegables beneficios para la seguridad pública con el imperativo de salvaguardar los derechos individuales y la privacidad.