Juez rechaza petición de Musk: Demanda de acoso de OpenAI seguirá

Bloomberg

Elon Musk, el empresario multimillonario, ha sufrido un revés legal en su disputa en curso con OpenAI, ya que un juez federal ha dictaminado que debe enfrentar las acusaciones de la startup sobre una “campaña de acoso de años”. La jueza de distrito de EE. UU. Yvonne Gonzalez Rogers rechazó el martes la petición de Musk para desestimar las alegaciones de que sus diversas maniobras públicas y legales contra OpenAI constituyen un esfuerzo deliberado para socavar su éxito.

OpenAI sostiene que Musk ha utilizado sistemáticamente desafíos legales, ataques en redes sociales y declaraciones a la prensa como arma para sabotear la empresa. Esta supuesta campaña, según OpenAI, está impulsada por el deseo de Musk de obtener una ventaja injusta para su propia empresa de inteligencia artificial generativa, xAI, en el ferozmente competitivo panorama de la IA. La decisión del tribunal significa que estas acusaciones específicas de acoso ahora procederán, obligando a Musk a responder formalmente y defenderse de ellas.

Este último desarrollo es un giro significativo en la creciente batalla legal entre Musk y la empresa de IA que cofundó. El conflicto subyacente comenzó cuando Musk presentó una demanda contra OpenAI en febrero, acusando al CEO Sam Altman y al cofundador Greg Brockman de abandonar la misión original sin fines de lucro de la startup de desarrollar IA para el beneficio de la humanidad, en lugar de perseguir esfuerzos impulsados por el lucro. La demanda de Musk alegó un incumplimiento de contrato y de deber fiduciario, afirmando que OpenAI se había desviado de sus principios fundacionales al adoptar un modelo con fines de lucro y forjar una estrecha asociación con Microsoft.

OpenAI, a su vez, refutó enérgicamente las alegaciones de Musk, afirmando que él estaba plenamente consciente del cambio de la empresa hacia un modelo de ganancias limitadas, necesario para asegurar el inmenso capital requerido para el desarrollo avanzado de IA. La compañía publicó correos electrónicos y comunicaciones pasadas, sugiriendo que Musk no solo había apoyado el giro, sino que también había propuesto fusionar OpenAI con Tesla y buscado el control total sobre la entidad. Tras la demanda inicial de Musk, OpenAI presentó sus propias contrademandas, caracterizando sus acciones no como una búsqueda de pureza filosófica, sino como una campaña de acoso dirigida a sofocar a un competidor.

El fallo de la jueza Rogers subraya la intensidad de las rivalidades personales y corporativas en juego en el floreciente campo de la inteligencia artificial. Transforma lo que inicialmente fue una disputa sobre principios fundacionales en una confrontación más directa sobre la conducta competitiva. Para Musk, una figura conocida por su postura pública agresiva y su disposición a participar en escaramuzas legales, esta decisión significa que no puede simplemente ignorar las afirmaciones de OpenAI. Ahora se verá obligado a abordar los detalles de cómo sus declaraciones públicas y acciones legales son percibidas por sus antiguos colegas, y si equivalen a una estrategia deliberada para socavar a un rival en la carrera por la supremacía de la IA. El camino por delante promete más fuegos artificiales legales mientras los dos titanes de la IA continúan su batalla de alto riesgo en los tribunales.