Oferta de Perplexity por Chrome: ¿Estrategia antimonopolio o truco publicitario?
La startup de IA Perplexity ha hecho una sorprendente oferta de 34.500 millones de dólares para adquirir el navegador Chrome de Google, un movimiento que parece menos dirigido directamente a Google/Alphabet y más a influir en un juez federal que preside un caso antimonopolio crítico. La audaz propuesta ha captado sin duda una atención significativa, lo que bien pudo haber sido el objetivo principal de Perplexity.
En una carta enviada por Aravind Srinivas, CEO de Perplexity, a Sundar Pichai, CEO de Alphabet y Google, Perplexity esbozó su compromiso de mantener a Google como el motor de búsqueda predeterminado de Chrome, al tiempo que reconocía la capacidad de los usuarios para cambiar esta configuración. La compañía también se comprometió a seguir apoyando y promoviendo Chromium, el proyecto de código abierto que forma la base de Chrome, declarando su intención de que este compromiso sea legalmente vinculante, pendiente de aprobación regulatoria. Además, Perplexity prometió una inversión sustancial de 3.000 millones de dólares durante dos años para mejorar la fiabilidad, el rendimiento, la seguridad y la infraestructura de soporte al cliente de Chrome. También se comprometió a buscar las certificaciones de seguridad adecuadas, mantener una hoja de ruta trimestral orientada al cliente y establecer una Junta Asesora de la Web Abierta en un plazo de 120 días desde una posible adquisición. Aunque la oferta no garantizaba la retención de todos los empleados de Chrome, indicaba que Perplexity extendería ofertas a una parte significativa del personal clave e implementaría programas para preservar la experiencia y la continuidad. La carta enmarcó explícitamente la propuesta como un remedio antimonopolio, diseñado para colocar a Chrome bajo un “operador capaz e independiente centrado en la continuidad, la apertura y la protección del consumidor”, sirviendo así al interés público.
Esta oferta se desarrolla en el contexto de un caso judicial federal de alto riesgo, que es ampliamente visto como el único catalizador de la oferta de Perplexity. El juez de distrito de EE. UU. Amit Mehta está deliberando actualmente sobre posibles remedios en una demanda que impugna el presunto control monopolístico de Google sobre la búsqueda web, con la posibilidad de ordenar la desinversión de ciertas unidades de Google.
Los analistas tienen opiniones encontradas sobre las implicaciones del movimiento de Perplexity. Jason Andersen, vicepresidente y analista principal de Moor Insights & Strategy, se inclina por calificarlo de “truco de marketing”. Sugiere que, tras un período de relativa calma, Perplexity está aprovechando esta acción de alto perfil para recuperar la visibilidad pública en medio de la feroz competencia en el espacio de la IA. Por el contrario, Brian Jackson, director de investigación principal de Info-Tech Research Group, considera que el momento es un golpe de “genio”. Jackson cree que la oferta, que llega justo antes de la decisión del juez Mehta, podría presentar a Google una alternativa a un fallo judicial desfavorable al transferir Chrome a un tercero neutral.
La viabilidad financiera también plantea interrogantes. Persisten las dudas sobre la capacidad de Perplexity para justificar un gasto de 34.500 millones de dólares en un navegador, especialmente dada la facilidad con la que los usuarios podrían abandonar Chrome si se interrumpe su integración con el ecosistema de Google. Jackson, sin embargo, considera que el precio es demasiado bajo, estimando que el valor justo de mercado de Chrome es al menos el doble de la oferta de Perplexity. Cabe destacar que Google no informó inicialmente la oferta a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), probablemente porque, dados los 350.000 millones de dólares de ingresos anuales de Alphabet el año pasado, la oferta no se consideró lo suficientemente “material” como para justificar una divulgación inmediata.
Un desafío significativo en cualquier posible adquisición reside en la profunda integración de Chrome con una multitud de servicios de Google, incluyendo Gmail, Google Docs, Google Drive y YouTube. Si bien Perplexity se ha comprometido a mantener a Google como el motor de búsqueda predeterminado, la carta no aborda el destino de estas integraciones sin fisuras. Perplexity podría intentar integrar sus propios servicios, pero hacerlo podría correr el riesgo de alienar a la base de usuarios de Chrome, quienes, como usuarios de un navegador gratuito, no tienen incentivos financieros para permanecer si la propuesta de valor disminuye. Por el contrario, Google podría permitir que estas integraciones persistan, incluso después de la desinversión, ya que generan ingresos significativos. Como señaló Jackson, “mucho del valor arraigado está en la integración de las [aplicaciones de Google]”.
Andersen destacó la reciente extensión “Comet” de Perplexity para Chrome, que permite la interacción con IA dentro del navegador, como una posible explicación del interés de Perplexity. Aunque Andersen encontró que Comet era algo lento y poco impresionante en las pruebas iniciales, sugirió que la adquisición de Chrome le otorgaría a Perplexity acceso directo y control sobre el código fuente del navegador, lo que les permitiría abordar tales problemas de rendimiento. También señaló que Perplexity, con sus servicios limitados, podría agradecer el mantenimiento de las extensas integraciones de aplicaciones de Google, mientras que Google tiene cientos de servicios para conectar a Chrome.
De cara al futuro, Andersen especuló sobre un camino alternativo si el juez ordenara a Google desinvertir Chrome. Él cree que la empresa matriz de Google, Alphabet, podría simplemente trasladar Chrome a otra división interna y aislarla estrictamente para cumplir con las preocupaciones del tribunal, de manera similar a cómo las firmas financieras aíslan las unidades de negocio sensibles. “Si pierden [en los tribunales], no lo venderán”, afirmó Andersen. También planteó preocupaciones sobre las implicaciones de hardware, señalando que Chrome sirve eficazmente como sistema operativo para Chromebooks, con posibles extensiones a la comunidad de teléfonos Android. La oferta de Perplexity, por lo tanto, no es simplemente una transacción, sino una maniobra estratégica en una compleja batalla legal y tecnológica de alto riesgo.