EE. UU. rastreó envíos de chips de IA a China con dispositivos ocultos

Techrepublic

En una significativa escalada de la rivalidad tecnológica en curso, Estados Unidos habría desplegado dispositivos de seguimiento encubiertos dentro de los envíos de chips avanzados de inteligencia artificial (IA), con el objetivo de interceptar y exponer su desvío ilícito a China. Esta operación clandestina subraya los esfuerzos intensificados de la administración Biden para hacer cumplir estrictos controles de exportación diseñados para frenar el acceso de Beijing a la tecnología de semiconductores de vanguardia.

Fuentes con conocimiento directo del asunto, según informó Reuters, indican que estos rastreadores ocultos se colocan estratégicamente en envíos selectos de alto riesgo que contienen potentes procesadores de IA de gigantes de la industria como Nvidia y AMD. Estos chips suelen integrarse en servidores fabricados por empresas como Dell y Super Micro. Los dispositivos de seguimiento se ocultan supuestamente dentro del embalaje y, en algunos casos, se incrustan discretamente dentro de los propios servidores. Se dice que algunos de estos rastreadores son tan grandes como un teléfono inteligente, lo que sugiere un esfuerzo de monitoreo sofisticado y deliberado.

El objetivo principal de esta vigilancia encubierta es rastrear meticulosamente el movimiento de estos componentes sensibles después de la exportación, identificando y desmantelando así las redes de contrabando que intentan eludir las restricciones de EE. UU. Esta táctica permite a las autoridades estadounidenses recopilar pruebas cruciales para construir casos contra individuos y empresas que se encuentren en violación de las regulaciones de control de exportaciones. Si bien las agencias específicas responsables de implantar estos dispositivos no han sido nombradas definitivamente, se especula que la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de EE. UU., las Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el FBI están activamente involucradas en la operación.

Este reciente desarrollo es una consecuencia directa de los controles de exportación introducidos por primera vez por EE. UU. en 2022, que prohíben la venta de semiconductores de primera categoría a China, impulsados por la preocupación de que estos chips puedan reforzar los avances militares y las capacidades de vigilancia sofisticadas de Beijing. Las nuevas medidas de seguimiento resaltan hasta qué punto las autoridades estadounidenses están dispuestas a llegar para hacer cumplir estas restricciones, particularmente a la luz de informes recientes que sugieren que miles de millones de dólares en chips de IA Nvidia de alta gama, incluidos el H100, H200 e incluso el avanzado B200, ya han sido contrabandeados a China a pesar de las prohibiciones existentes.

La práctica de incrustar rastreadores de ubicación en exportaciones sensibles no es del todo nueva para las fuerzas del orden de EE. UU., que históricamente han utilizado tales herramientas para monitorear elementos como piezas de aeronaves. Sin embargo, su aplicación a semiconductores avanzados de IA marca una escalada significativa, lo que refleja la importancia crítica de estos chips en la carrera global por el dominio de la inteligencia artificial.

Cuando se les preguntó sobre estas actividades de seguimiento reportadas, Super Micro supuestamente se negó a comentar sobre sus prácticas de seguridad, mientras que Dell declaró que “no tenía conocimiento de una iniciativa del Gobierno de EE. UU. para colocar rastreadores en sus envíos de productos”. Nvidia y AMD también han permanecido en gran medida en silencio sobre el asunto.

La revelación se produce en medio de un panorama complejo y en evolución de las relaciones tecnológicas entre EE. UU. y China. A pesar de los estrictos controles, ha habido casos en los que EE. UU. ha cedido en ciertas restricciones. Por ejemplo, la administración Trump habría reabierto canales para la exportación de chips Nvidia H20 y AMD MI308 a China, aunque bajo un acuerdo sin precedentes en el que los fabricantes de chips acordaron compartir el 15% de los ingresos de ventas relacionados con el gobierno de EE. UU. a cambio de licencias de exportación. Mientras tanto, las propuestas legislativas, como la ‘Ley de Seguridad de Chips’ del senador Tom Cotton en mayo de 2025, tienen como objetivo exigir el seguimiento de ubicación en los chips de IA controlados por la exportación, y la Casa Blanca supuestamente está explorando métodos de seguimiento sin GPS.

Este enfoque discreto pero asertivo por parte del gobierno de EE. UU. señala un compromiso cada vez más profundo para controlar el flujo de tecnología crítica de IA, transformando la cadena de suministro global en una nueva frontera en la competencia geopolítica.