Kryptos: El artista Sanborn subasta la clave final citando frustración por la IA
Durante décadas, el críptico encanto de Kryptos, la enigmática escultura que adorna los terrenos de la sede de la CIA, ha cautivado a criptoanalistas de todo el mundo. Diseñada por el artista James Sanborn, esta obra maestra de cobre en forma de S contiene un mensaje de casi 1800 caracteres, un rompecabezas que ha visto a descifradores de códigos aficionados y profesionales trabajar febrilmente para desentrañar sus secretos. Si bien tres de sus cuatro paneles de texto cifrado han sido decodificados con éxito, la sección final, conocida como K4, permanece obstinadamente sin descifrar. Hasta ahora, solo el propio Sanborn conocía el texto plano de K4, pero ese club exclusivo está a punto de expandirse. Sanborn ha anunciado que pondrá la respuesta a la venta.
“Estoy subastando el texto plano de 97 caracteres de K4, que es el secreto de Kryptos”, reveló Sanborn, confirmando una posibilidad que había insinuado a principios de este año. La venta incluso incluirá una placa de metal curvada que sirvió como muestra de corte para el panel ahora instalado en la agencia. La decisión de Sanborn se debe a una confluencia de factores, incluido un reciente aumento de frustración por lo que él describe como afirmaciones inexactas de individuos que utilizan inteligencia artificial para “resolver” el código.
Más allá del deseo de controlar la narrativa en torno a su creación, Sanborn, quien se acerca a su 80 cumpleaños alrededor del inicio de la puja en noviembre, también citó razones personales. “Quería estar en mi sano juicio y cuerpo cuando sucediera, para poder controlarlo de alguna manera”, explicó. Como artista en activo, carece de un fondo de jubilación sustancial y expresa preocupación por posibles desafíos financieros si él o su esposa enfrentan una discapacidad grave. Una parte de las ganancias de la subasta, que será gestionada por RR Auction con un precio de reserva esperado de alrededor de 300.000 dólares, se dedicará a programas para personas con discapacidad.
Sanborn alberga una esperanza específica para el postor ganador: que asuman la considerable carga de responder a la constante corriente de supuestas soluciones de la aún activa comunidad de entusiastas de Kryptos. El artista actualmente atiende de 30 a 40 cartas por semana, una tarea que está ansioso por ceder. Irónicamente, si bien la IA ha sido una fuente de molestia debido a afirmaciones falsas, Sanborn sugiere que también podría ser la solución. Después de un artículo anterior, fue contactado por una figura prominente en el campo de la IA que le explicó cómo la inteligencia artificial podría ayudar a gestionar las respuestas a los fans de Kryptos. “La ironía no se me escapa”, admitió Sanborn, aunque él mismo no tiene interés en colaborar con el nuevo propietario en este frente. “Preferiría que se acabara”, declaró, llanamente. “A estas alturas, estoy cansado de ello”.
Sin embargo, la venta no está exenta de posibles inconvenientes. La perspectiva de un comprador con malas intenciones plantea preocupaciones, trazando paralelismos con el infame caso de Martin Shkreli, quien compró la única copia de un álbum de Wu-Tang Clan solo para que se viera envuelto en controversias legales y éticas. Si bien Sanborn reconoce tales riesgos, afirmando que su venta es sin condiciones, las implicaciones se extienden más allá de la integridad artística. La CIA no ha sido informada formalmente de la subasta, y la noción de que una potencia extranjera, como un “oligarca ruso”, obtenga una pieza del secreto de una agencia de inteligencia ha desatado un cierto grado de paranoia, a pesar de que Sanborn afirma sus claros derechos sobre el texto.
Añadiendo otra capa de intriga, Sanborn ha insinuado previamente que el texto plano de K4 puede no ser la respuesta definitiva, sino más bien una instrucción para resolver un enigma más profundo, que potencialmente involucra otros elementos de la instalación de Kryptos. Esta siguiente capa, denominada “K5”, no requeriría acceso físico a los terrenos de la CIA, pero su naturaleza sigue siendo tan oscura como la solución actual. “Incluso cuando K4 haya sido resuelto, su enigma persistirá como K5”, compartió en un comunicado.
En última instancia, la esperanza de Sanborn es que el nuevo propietario elija mantener K4 en secreto, preservando su mística. “Si no tienes los secretos, no tienes ningún poder”, reflexionó, encapsulando la filosofía detrás de una venta que sin duda remodelará el legado de uno de los rompecabezas criptográficos más duraderos del mundo.