Estudio: Mayores en EE. UU. Adoptan la IA para Independencia y Seguridad

Theconversation

La inteligencia artificial a menudo domina las conversaciones en escuelas y lugares de trabajo, creando la percepción de que su adopción se limita principalmente a los grupos demográficos más jóvenes. Sin embargo, un estudio reciente desafía esta noción, revelando que un número significativo de estadounidenses mayores están interactuando activamente con las tecnologías de IA. Esto plantea preguntas cruciales sobre sus patrones de uso, percepciones y las implicaciones para la vida independiente.

Una encuesta exhaustiva realizada por un investigador especializado en vejez, discapacidad y uso de tecnología, en asociación con la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Saludable de la Universidad de Michigan, profundizó en estas mismas preguntas. El estudio encuestó a casi 3.000 estadounidenses mayores de 50 años, explorando su uso de la IA, métodos de interacción y preocupaciones subyacentes.

Los hallazgos indican que el 55% de los adultos mayores encuestados habían utilizado alguna forma de tecnología de IA, ya sea a través de la interacción por voz, como Alexa de Amazon, o interfaces basadas en texto, como ChatGPT de OpenAI. Los asistentes de voz resultaron abrumadoramente más populares; la mitad de los encuestados informaron haber usado uno en el último año, en comparación con solo uno de cada cuatro que había interactuado con un chatbot.

El impulso por la vida independiente sigue siendo un objetivo primordial para muchos estadounidenses mayores, a menudo debido al deseo de evitar o a la incapacidad de pagar las instalaciones de atención a largo plazo. La IA surge como una herramienta prometedora para apoyar esta aspiración. El estudio muestra que los adultos mayores que integran la IA en sus hogares la encuentran realmente útil para mantener la independencia y mejorar la seguridad. Si bien el entretenimiento y la recuperación de información fueron aplicaciones comunes, algunos usuarios demostraron usos más creativos, como generar texto, crear imágenes o planificar vacaciones.

En particular, casi uno de cada tres adultos mayores informó haber utilizado dispositivos de seguridad para el hogar con tecnología de IA, como timbres inteligentes, cámaras exteriores y sistemas de alarma. Un impresionante 96% de estos usuarios se sintieron más seguros como resultado. Si bien las cámaras de monitoreo interiores han provocado debates sobre la privacidad, las cámaras orientadas hacia el exterior parecen ofrecer una fuerte sensación de seguridad para aquellos que envejecen en su lugar, particularmente si viven solos o sin familia cercana.

Sin embargo, la encuesta también destacó que la adopción de la IA entre los adultos mayores no es uniforme. Los datos demográficos juegan un papel importante, ya que las personas con mejor salud, mayores niveles de educación y mayores ingresos tienen más probabilidades de haber utilizado asistentes de voz y dispositivos de seguridad para el hogar con tecnología de IA en el último año. Este patrón refleja las tendencias históricas de adopción observadas con otras tecnologías, como los teléfonos inteligentes.

La cuestión de la confianza en el contenido generado por IA también arrojó opiniones divididas. La encuesta reveló que el 54% de los estadounidenses mayores confían en la IA, mientras que el 46% no. Como era de esperar, aquellos que expresaron mayor confianza en la IA estaban más inclinados a haber utilizado la tecnología de IA recientemente. Este problema se agrava por el hecho de que el contenido generado por IA a veces puede parecer preciso pero ser fácticamente incorrecto. Preocupantemente, solo la mitad de las personas mayores encuestadas se sentían seguras de su capacidad para identificar inexactitudes en la información generada por IA. Como era de esperar, los usuarios más educados eran más propensos a expresar esta confianza, mientras que aquellos que informaron niveles más bajos de salud física y mental eran menos propensos a confiar en el contenido de la IA.

Estos hallazgos subrayan un ciclo familiar en la adopción de tecnología, donde las personas más sanas y educadas a menudo lideran el camino en la adopción y comprensión de las nuevas tecnologías. Esto plantea preguntas críticas sobre cómo llegar eficazmente a todas las personas mayores con información sobre los beneficios y riesgos de la IA. ¿Cómo se puede apoyar a los no usuarios para que aprendan más y tomen decisiones informadas? ¿Y cómo pueden las instituciones desarrollar mejores herramientas de capacitación y concienciación para evitar la dependencia excesiva de la IA o su uso inapropiado para decisiones importantes sin una comprensión completa de los riesgos asociados?

Los resultados de la encuesta ofrecen posibles puntos de partida para desarrollar herramientas de alfabetización en IA adaptadas a los adultos mayores. Un sorprendente nueve de cada diez personas mayores expresaron el deseo de saber cuándo la información ha sido generada por IA. Si bien algunos contenidos generados por IA, como los fragmentos de IA de la búsqueda de Google, ahora están etiquetados, y algunos estados han adoptado políticas para divulgar el contenido de IA en anuncios políticos, estos avisos podrían hacerse más visibles en otros contextos, incluida la publicidad no política y las redes sociales. Además, casi el 80% de las personas mayores expresaron el deseo de aprender más sobre los riesgos de la IA: dónde podría salir mal y qué medidas tomar.

Los formuladores de políticas tienen un papel crucial que desempeñar en la aplicación de avisos de IA que señalen claramente el contenido generado por IA. Esto es particularmente vital en un momento en que EE. UU. está considerando revisiones a sus políticas de IA que podrían eliminar el lenguaje relacionado con el riesgo, la discriminación y la desinformación. En general, el estudio sugiere que la IA tiene el potencial de apoyar un envejecimiento saludable. Sin embargo, tanto la confianza excesiva como la desconfianza en la IA deben abordarse mediante herramientas de capacitación mejoradas y políticas que mejoren la visibilidad de los riesgos potenciales.