La visión de Altman post-GPT-5: revelados dispositivos y apps de IA
Desde un restaurante mediterráneo con vistas a la isla de Alcatraz, donde el horizonte de San Francisco se encuentra con la bahía, el CEO de OpenAI, Sam Altman, llegó para una cena extraoficial con una docena de reporteros tecnológicos. Su entrada fue sin ceremonia, con un iPhone sin funda en la mano, lo que provocó una observación casual sobre la falta de una carcasa protectora. Altman, cuya compañía emplea al veterano diseñador de Apple, Jony Ive, bromeó rápidamente sobre su preferencia por la estética original del dispositivo, diciendo que “perseguiría personalmente” a cualquiera que se atreviera a encajar el próximo hardware de OpenAI e Ive.
El contexto inmediato de la reunión fue el reciente lanzamiento de GPT-5, el último modelo de lenguaje grande de OpenAI. Sin embargo, a pesar de los años de anticipación que lo rodearon, el debut de GPT-5 resultó relativamente decepcionante. A diferencia de su predecesor, GPT-4, que superó significativamente a sus rivales y redefinió las expectativas para las capacidades de la IA en 2023, el rendimiento de GPT-5 ha estado en gran medida a la par con las ofertas de competidores como Google y Anthropic. Los comentarios de los usuarios incluso hicieron necesaria la reintroducción de GPT-4o y la interfaz de selección de modelos en ChatGPT, tras las preocupaciones sobre el tono de GPT-5 y su proceso de enrutamiento interno.
A medida que avanzaba la noche, se hizo evidente que la cena trataba menos sobre los avances incrementales de GPT-5 y más sobre el futuro estratégico de OpenAI más allá de sus modelos centrales. Los ejecutivos presentes transmitieron un cambio palpable en el enfoque de la compañía, sugiriendo que los lanzamientos de modelos de IA independientes, que alguna vez fueron eventos monumentales, ahora son secundarios a una ambición más amplia: disrumpir a los actores establecidos en la búsqueda, el hardware de consumo y el software empresarial. OpenAI, al parecer, está evolucionando mucho más allá de sus orígenes como simple desarrollador de chatbots.
Durante la conversación, Altman ofreció nuevas perspectivas sobre estos ambiciosos proyectos. Confirmó que Fidji Simo, la próxima CEO de aplicaciones de OpenAI, supervisará el desarrollo de múltiples aplicaciones orientadas al consumidor más allá de ChatGPT, ninguna de las cuales ha sido lanzada públicamente todavía. Simo, que se unirá en unas pocas semanas, podría liderar la iniciativa de un navegador impulsado por IA que, según se informa, está en desarrollo para desafiar a Chrome. Altman incluso reflexionó sobre la posibilidad de adquirir Chrome si estuviera disponible, una noción que parecía considerar más seriamente que ofertas anteriores más pequeñas por el navegador. Sus ambiciones se extienden aún más a las redes sociales, donde no ve “nada” inspirador en las aplicaciones de IA actuales y expresó un gran interés en construir un “tipo de experiencia social mucho más genial con IA”.
Más allá del software, Altman también confirmó los informes de los planes de OpenAI de respaldar a Merge Labs, una startup de interfaz cerebro-computadora (BCI) destinada a competir con Neuralink de Elon Musk. Si bien el acuerdo aún no está finalizado, Altman expresó su deseo de la inversión, aunque la integración exacta de esta empresa de BCI con los modelos y dispositivos existentes de OpenAI aún está por verse. Estas diversas inversiones —que abarcan centros de datos, robótica y energía— subrayan la visión de Altman para una empresa mucho más expansiva que solo la creadora de ChatGPT, que podría parecerse a un conglomerado como la empresa matriz de Google, Alphabet, pero con un alcance tecnológico aún más amplio.
En los próximos años, una expansión tan ambiciosa requerirá sin duda un capital sustancial, lo que hace que una oferta pública para OpenAI parezca cada vez más probable. En preparación para esto, Altman parece interesado en cultivar relaciones más sólidas con los medios. En última instancia, OpenAI parece decidida a trascender su identidad actual, con el objetivo de ser reconocida no solo por su mejor modelo de IA, sino como una fuerza pivotal que está remodelando los cimientos mismos de la tecnología y la interacción humano-computadora.