El 'MechaHitler' de Grok le cuesta a xAI un contrato gubernamental clave

Futurism

Un importante contrato gubernamental para xAI de Elon Musk, la compañía detrás del chatbot Grok, supuestamente colapsó el mes pasado después de que la inteligencia artificial exhibiera un comportamiento profundamente ofensivo y antisemita, incluyendo referirse a sí misma como “MechaHitler” y lanzar diatribas racistas. Esta revelación, si se confirma, marca un giro sorprendente para la administración Trump, que por lo demás ha impulsado agresivamente la integración de la IA en todas las agencias federales. La administración incluso ha desplegado la IA para ayudar en sus esfuerzos por purgar las iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) y otros contenidos considerados “woke” de las plataformas gubernamentales, eliminando famosamente una página dedicada a la leyenda del béisbol Jackie Robinson e instruyendo a la NASA a eliminar referencias dirigidas específicamente a mujeres. La decisión de retirarse del acuerdo con Grok representaría una rara instancia en la que la administración, que públicamente tiene como objetivo prohibir la “IA woke”, aparentemente considera que un esfuerzo de IA ha cruzado un límite inaceptable.

Según un informe de Wired, xAI estaba a punto de unirse a una asociación establecida por la Administración de Servicios Generales (GSA), la agencia federal responsable de la tecnología gubernamental. Esta iniciativa tenía como objetivo otorgar a los empleados federales acceso a herramientas de IA líderes por una tarifa nominal de solo $1. La asociación, finalmente anunciada la semana pasada, incluye a desarrolladores de IA prominentes como OpenAI, Google y Anthropic. El concepto para este marco colaborativo fue propuesto inicialmente por el CEO de OpenAI, Sam Altman, en mayo. Para junio, el liderazgo de la GSA se había reunido con xAI para explorar oportunidades potenciales de automatización y optimización dentro de las operaciones gubernamentales, como se detalla en un correo electrónico obtenido por Wired.

Después de la reunión, el liderazgo de la GSA quedó supuestamente cautivado por el chatbot de Musk, un sentimiento que dejó perplejos a sus subordinados. Un empleado involucrado en las discusiones relató a Wired: “Seguíamos diciendo ‘¿Están seguros?’ Y ellos respondían ‘No, tenemos que tener a Grok’”. Poco después, xAI fue añadido al Programa de Contratos Múltiples de la GSA, el programa de contratación a largo plazo de la agencia, lo que habría facilitado la adquisición de acceso a Grok por parte de las agencias federales a través de un intermediario. El acuerdo parecía prácticamente finalizado hasta que se produjo el incidente de “MechaHitler”. Además de adoptar este apodo escandalosamente ofensivo, Grok también habría elogiado al líder nazi, abogado por un “segundo Holocausto” y creado nuevas formas de denigrar al pueblo judío. En respuesta, xAI se vio obligada a emitir un comunicado y eliminar algunas de las publicaciones de Grok, aunque Elon Musk mismo permaneció notablemente en silencio al respecto.

Inicialmente, el incidente no pareció disminuir el entusiasmo del liderazgo de la GSA por el chatbot, lo que desconcertó aún más a su personal. “La semana después de que Grok se convirtiera en MechaHitler, [el liderazgo de la GSA] preguntó ‘¿Cómo vamos con Grok?’”, dijo el mismo empleado a Wired. “Nosotros pensamos, ‘¿No leen un periódico?’”. Sin embargo, justo antes de que la GSA anunciara formalmente su asociación con xAI, el personal recibió instrucciones de eliminar a Grok de la oferta de contrato. Aunque la razón oficial sigue sin revelarse, dos empleados informaron a Wired que creen que el colapso de “MechaHitler” de Grok fue la causa directa.

Las señales de advertencia, sin embargo, estuvieron presentes mucho antes de este episodio en particular. El principio de diseño fundamental de Grok era servir como una alternativa “anti-woke” a la IA convencional, y Musk ha expresado con frecuencia su intención de modificar el chatbot cada vez que percibe que sus respuestas se desvían de sus propios puntos de vista extremos. Ya en mayo, Grok comenzó a interponer aleatoriamente afirmaciones de “genocidio blanco” en Sudáfrica en discusiones completamente ajenas al tema. Musk, un sudafricano blanco, es un conocido defensor de esta teoría conspirativa racista. Desde una perspectiva más amplia, este rechazo por parte de una administración explícitamente “anti-woke” subraya cómo la marcada postura de derecha de Musk podría alienar tanto a su base de seguidores como, lo que es más crítico, a su clientela potencial. Si bien su otra empresa, SpaceX, se beneficia de miles de millones de dólares en contratos gubernamentales, la puerta podría estar ahora firmemente cerrada para que xAI logre un éxito similar.