IA Generativa: Empresas queman $40 mil millones sin retorno (95%)
Las empresas estadounidenses han invertido un estimado de 35 a 40 mil millones de dólares en iniciativas de Inteligencia Artificial Generativa, sin embargo, un informe reciente de la iniciativa Networked Agents and Decentralized AI (NANDA) del MIT revela una cruda realidad: el 95 por ciento de las empresas no han visto prácticamente ningún retorno sobre estas sustanciales inversiones. Solo un escaso 5 por ciento de las organizaciones han integrado con éxito herramientas de IA en sus operaciones a escala, lo que lleva a lo que los autores del estudio denominan la “Brecha GenAI”.
Esta sobria evaluación se basa en un análisis exhaustivo, que se nutre de 52 entrevistas estructuradas con líderes empresariales, el examen de más de 300 iniciativas y anuncios públicos de IA, y una encuesta a 153 profesionales de negocios. El informe, escrito por Aditya Challapally, Chris Pease, Ramesh Raskar y Pradyumna Chari, atribuye esta significativa brecha no a la falta de infraestructura, capacitación o talento, sino a una limitación fundamental de los sistemas actuales de IA: su incapacidad para retener datos, adaptarse y aprender eficazmente con el tiempo.
La “Brecha GenAI” es más pronunciada en las tasas de implementación. Las herramientas de IA empresarial personalizadas, específicamente diseñadas para uso interno, luchan por ir más allá de las fases piloto, con solo un cinco por ciento llegando a la producción completa. Si bien los chatbots orientados al consumidor pueden tener éxito inicialmente debido a su facilidad de prueba y flexibilidad, su falta de memoria y personalización a menudo los hace ineficaces en flujos de trabajo empresariales críticos. Como un Director de Información anónimo lo expresó cándidamente en una entrevista con los autores: “Hemos visto docenas de demostraciones este año. Quizás una o dos son realmente útiles. El resto son envoltorios o proyectos científicos.” Este sentimiento se hace eco de otras investigaciones recientes que indican una disminución en la confianza entre los líderes corporativos con respecto a sus esfuerzos de IA.
A pesar del bajo rendimiento generalizado, el informe NANDA reconoce que una pequeña fracción de empresas sí ha encontrado beneficiosa la IA Generativa, particularmente en los sectores de Tecnología y Medios y Telecomunicaciones, donde la tecnología ha tenido un impacto tangible. Sin embargo, para la mayoría de las industrias, incluyendo Servicios Profesionales, Salud y Farmacia, Consumo y Comercio Minorista, Servicios Financieros, Industrias Avanzadas y Energía y Materiales, la IA Generativa ha demostrado hasta ahora ser intrascendente. Un Director de Operaciones anónimo de una empresa manufacturera de mercado medio resumió esta desconexión, afirmando: “El bombo en LinkedIn dice que todo ha cambiado, pero en nuestras operaciones, nada fundamental ha cambiado. Estamos procesando algunos contratos más rápido, pero eso es todo lo que ha cambiado.”
El cambiante panorama laboral es un área donde la influencia de la IA Generativa se está volviendo más evidente, particularmente dentro de los sectores de Tecnología y Medios. El informe señala que más del 80 por ciento de los ejecutivos en estas industrias anticipan volúmenes de contratación reducidos dentro de los próximos dos años. Estas reducciones de fuerza laboral ocurren en gran medida en actividades comerciales no centrales que con frecuencia se subcontratan, como el soporte al cliente, el procesamiento administrativo y las tareas de desarrollo estandarizadas. Estos roles ya eran vulnerables debido a su naturaleza subcontratada y la estandarización de procesos incluso antes de la implementación de la IA, y el informe sugiere que entre el cinco y el 20 por ciento de los roles de soporte y procesamiento administrativo en los sectores afectados ya han sido impactados. Esta tendencia se alinea con observaciones industriales más amplias, donde empresas como Oracle e IBM, según se informa, han lidiado con el equilibrio de los gastos de capital en IA o han enfrentado acusaciones de usar la IA como pretexto para la deslocalización de empleos.
Un hallazgo crítico del informe es la mala asignación de los presupuestos de IA, con aproximadamente el 50 por ciento típicamente dirigido a marketing y ventas. Los autores abogan por un cambio estratégico, instando a la inversión corporativa hacia actividades que produzcan resultados comerciales significativos. Esto incluye procesos de front-end como la calificación de clientes potenciales y la retención de clientes, y eficiencias de back-end como la eliminación de la subcontratación de procesos comerciales, la reducción del gasto en agencias de publicidad y la racionalización de las verificaciones de riesgo de servicios financieros.
Curiosamente, el estudio destaca que las herramientas genéricas como ChatGPT de OpenAI a menudo superan a las soluciones empresariales a medida, incluso cuando estas últimas utilizan los mismos modelos de IA subyacentes. La razón principal, según el informe, es la familiaridad y accesibilidad del usuario, una consecuencia del “shadow IT”, es decir, los empleados adoptan herramientas de forma independiente. Una abogada corporativa entrevistada para el estudio lo ilustró perfectamente, expresando insatisfacción con una herramienta especializada de análisis de contratos de $50,000. “Nuestra herramienta de IA comprada proporcionaba resúmenes rígidos con opciones de personalización limitadas”, relató. “Con ChatGPT, puedo guiar la conversación e iterar hasta obtener exactamente lo que necesito. La diferencia fundamental de calidad es notable, ChatGPT produce consistentemente mejores resultados, aunque nuestro proveedor afirma usar la misma tecnología subyacente.”
El informe concluye que las empresas que navegan con éxito la “Brecha GenAI” abordan la adquisición de IA no como clientes estándar de software como servicio, sino más bien como clientes de subcontratación de procesos de negocio. Demandan una personalización profunda, fomentan la adopción desde las primeras líneas y responsabilizan a los proveedores por métricas comerciales medibles. En última instancia, cruzar esta brecha requiere una verdadera asociación, no meramente una compra.