Google y TVA: La energía nuclear del futuro para la era de la IA
Google está dando un paso significativo hacia el futuro de la energía, anunciando una asociación innovadora con la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA) para comprar electricidad de un reactor nuclear de próxima generación. Este acuerdo marca un momento crucial, representando el primer acuerdo de compra de energía por parte de una empresa de servicios públicos de EE. UU. para tecnología de esta naturaleza avanzada.
Según los términos del acuerdo, TVA adquirirá electricidad de un reactor de vanguardia desarrollado por Kairos Power, situado en Oak Ridge, Tennessee. Se proyecta que el reactor, denominado Hermes 2, comience a operar en 2030, momento en el cual comenzará a suministrar energía a la red local, beneficiando directamente la extensa red de centros de datos de Google ubicados en Tennessee y Alabama. Esta iniciativa se considera un paso crucial que podría encender una nueva era para la energía nuclear dentro de Estados Unidos. La flota nuclear existente del país depende en gran medida de tecnología de décadas de antigüedad, que ha luchado por competir económicamente con los bajos costos de la electricidad generada por gas natural, energía solar y eólica. Los defensores creen que el innovador diseño del reactor de Kairos Power podría allanar el camino para un resurgimiento nuclear, ayudando a satisfacer las crecientes demandas de electricidad impulsadas por el crecimiento de las grandes tecnologías y la inteligencia artificial.
Este último anuncio se basa en el compromiso anterior de Google de comprar electricidad de “múltiples” pequeños reactores modulares diseñados por Kairos Power. La planta de demostración Hermes 2 es el reactor inaugural bajo este acuerdo más amplio, que se expande sobre el reactor de demostración Hermes original. Kairos comenzó la construcción de la primera unidad Hermes el pasado julio, tras obtener un permiso de construcción histórico de la Comisión Reguladora Nuclear, el primero en más de medio siglo para un reactor no refrigerado por agua.
A diferencia de los reactores nucleares convencionales que dependen del agua para la refrigeración, la tecnología patentada de Kairos emplea sal de fluoruro fundida. Este refrigerante de sal fundida posee un punto de ebullición significativamente más alto que el agua, lo que significa que opera sin llegar a hervir y puede hacerlo a presiones relativamente bajas. Esta operación a baja presión es una innovación clave, diseñada para reducir sustancialmente los costos asociados con la energía nuclear al eliminar la necesidad de estructuras de contención masivas y de alta presión típicamente requeridas para los reactores tradicionales.
La elección de Oak Ridge, Tennessee, como el sitio para Hermes 2 es particularmente simbólica. Una vez la sede clandestina del Proyecto Manhattan, donde las instalaciones enriquecían uranio para las primeras bombas atómicas del mundo, Oak Ridge se ha transformado desde entonces en un centro prominente para la investigación y el desarrollo de energía nuclear avanzada.
De cara al futuro, la ambición de Google se extiende más allá de este proyecto inicial. La compañía tiene como objetivo facilitar el despliegue de 500 megavatios de nueva capacidad nuclear en EE. UU. para 2035 a través de su colaboración con Kairos. Para poner esto en perspectiva, los 94 reactores nucleares operativos en Estados Unidos en 2024 contaban colectivamente con una capacidad de 97.000 megavatios, contribuyendo con poco menos del 20 por ciento de la mezcla eléctrica del país. Se espera que solo la planta Hermes 2 proporcione 50 megavatios de potencia.
Las empresas que generan electricidad sin carbono, como los productores de energía nuclear y renovable, pueden obtener ingresos no solo vendiendo la energía que suministran a la red, sino también vendiendo “atributos de energía limpia”. Estos son esencialmente certificados que representan los beneficios ambientales de evitar las emisiones de combustibles fósiles. Google está listo para recibir estos atributos de energía limpia de la planta Hermes 2 a través de TVA. Las empresas tecnológicas con ambiciosos objetivos climáticos adquieren con frecuencia estos atributos para compensar la huella de carbono de su consumo de electricidad. Al hacer coincidir su uso de electricidad con dichos certificados, una empresa podría afirmar que opera con energía limpia, incluso si sus instalaciones están conectadas a una red que aún depende de combustibles fósiles. Si bien los ingresos adicionales de estos atributos están destinados a incentivar a los desarrolladores a agregar más energía sin carbono a la red, algunas investigaciones sugieren que sus beneficios ambientales reales a menudo se sobreestiman. Este contexto es particularmente relevante para Google, cuyas emisiones de carbono aumentaron el año pasado en medio de la rápida expansión de sus ofertas de IA.
Este audaz movimiento de Google subraya el creciente interés de la industria tecnológica en nuevas soluciones energéticas para alimentar sus operaciones cada vez más exigentes y cumplir con los objetivos de sostenibilidad, lo que podría remodelar el panorama energético durante las próximas décadas.