IA en Salud: Clave contra el Agotamiento Médico y el "Tiempo de Pijama"

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El agotamiento de los profesionales clínicos sigue siendo un desafío generalizado y crítico en el sector de la salud de EE. UU., lo que impulsa a las organizaciones de todo el país a buscar soluciones innovadoras. Un número creciente recurre a la inteligencia artificial, explorando su potencial para aliviar la presión sobre sus equipos y mejorar la eficiencia operativa. Sin embargo, a medida que el mercado se inunda de empresas de IA que se posicionan como la panacea, los ejecutivos hospitalarios y los clínicos a menudo se sienten abrumados, luchando por evaluar e implementar eficazmente estas innumerables ofertas. Esto refleja una tendencia más amplia de la industria, donde un reciente Informe de Investigación de Inteligencia Artificial de CDW encontró que el 62 por ciento de los profesionales de TI reconocen que sus organizaciones poseen conceptos sólidos de IA, pero fallan en la ejecución.

En Nuevo México, Presbyterian Medical Group se destaca por su enfoque metódico en la evaluación y despliegue de la IA, lo que ha generado resultados positivos tanto para médicos como para pacientes. El Dr. Darren Shafer, presidente de Presbyterian Medical Group y médico de emergencias con sede en Albuquerque, destaca un objetivo principal: reducir el “tiempo de pijama”. Este término coloquial se refiere a las horas que los profesionales clínicos dedican después del trabajo a completar gráficos y responder a mensajes de pacientes, una carga que Shafer describe como “increíblemente corrosiva para la longevidad de alguien que trabaja en el cuidado de la salud”. Para Presbyterian, aprovechar la IA para obtener ganancias de eficiencia se ha convertido en una prioridad principal de TI, aunque el gran volumen de soluciones disponibles presenta su propio desafío significativo.

Las complejidades del despliegue de la IA se magnifican aún más al considerar las instalaciones de atención médica rurales, que generalmente operan con menos recursos. Presbyterian aborda esto a través de un modelo de centro y radios, probando nuevas soluciones de IA en su instalación central de Albuquerque antes de implementarlas en los sitios regionales. Esta estrategia tiene como objetivo corregir fallos y errores, ahorrando a las ubicaciones rurales una cantidad considerable de tiempo y dolores de cabeza. Sin embargo, Shafer señala una limitación clave: los entornos clínicos regionales a menudo poseen características únicas que difieren de las ubicaciones centrales, lo que significa que una solución efectiva en un entorno puede no traducirse sin problemas a otro.

La retroalimentación de los pacientes sobre las soluciones habilitadas por IA ha sido abrumadoramente positiva. Herramientas como RhythmX AI y las tecnologías de escucha ambiental, implementadas tanto en áreas centrales como en algunas regionales, han transformado la dinámica paciente-clínico. Los pacientes aprecian que sus médicos o profesionales clínicos de práctica avanzada ahora pueden concentrarse completamente en ellos, manteniendo el contacto visual en lugar de estar atados a una pantalla de computadora durante períodos prolongados.

Más allá de la experiencia del paciente, la tecnología juega un papel crucial en la atracción y retención de talento. Shafer observa una creciente expectativa entre los nuevos residentes médicos de tecnologías avanzadas como aplicaciones de cirugía robótica para cirujanos, o herramientas de escucha ambiental y escribas de IA para el personal de urgencias y clínicas. Estas tecnologías, a menudo integradas en la formación de residencia, se están convirtiendo en el estándar de lo que los profesionales clínicos esperan en sus primeros trabajos. Reconociendo esto, Presbyterian se esfuerza por crear un entorno de práctica que abrace la innovación tecnológica, al tiempo que reconoce que ningún sistema de TI o tecnología avanzada funciona para todos. Este enfoque flexible, que permite diferentes construcciones de TI, es particularmente vital para la contratación en áreas rurales desafiantes, donde fomentar una cultura de apoyo es primordial.

Obtener la aceptación de diversas partes interesadas, incluidos los primeros y últimos adoptadores de tecnología, requiere navegar una delicada “curva de gestión del cambio”. Shafer enfatiza la importancia de empoderar a los profesionales clínicos para que innoven en su prestación de atención, asegurando que se sientan culturalmente alineados con la organización en lugar de obligados a practicar en otro lugar.

La estrategia integral de IA de Presbyterian implica un comité dedicado encargado de evaluar la avalancha de propuestas de empresas de IA entrantes y de buscar proactivamente socios estratégicos. Esta evaluación se extiende más allá de los costos financieros para abarcar la carga significativa de la gestión del cambio en los equipos clínicos, incluidos médicos, profesionales clínicos de práctica avanzada, enfermeras, técnicos y asistentes médicos. Un factor frecuentemente subestimado es la participación requerida de los equipos internos de TI, cuya capacidad limitada puede verse comprometida por requisitos de construcción inesperados. En última instancia, el proceso de toma de decisiones de Presbyterian es holístico, sopesando el retorno de la inversión (ROI), los indicadores clave de rendimiento (KPI), los costos financieros, las necesidades internas de construcción de TI, el impacto de la gestión del cambio y, lo más importante, el valor tangible creado para los pacientes.