La Nueva Era de la Propaganda con IA: Las Sofisticadas Operaciones de Influencia de GoLaxy
El panorama de las operaciones de influencia internacionales ha experimentado una profunda transformación. La era de la interferencia burda y de baja tecnología, caracterizada por mensajes genéricos de bots y contenido de baja calidad, está dando paso a una nueva forma más insidiosa de manipulación digital. Con los rápidos avances en la inteligencia artificial (IA) generativa, la amenaza principal ya no es meramente un diluvio de falsedades manifiestas, sino la sutil y corrosiva conformación de la comunicación en línea. Este nuevo enfoque implica narrativas generadas por IA diseñadas para integrarse sin problemas en las discusiones digitales cotidianas, cambiando la opinión pública sin llamar la atención explícita.
La evidencia de este cambio proviene de un conjunto de documentos recientemente descubiertos por el Instituto de Seguridad Nacional de la Universidad de Vanderbilt, que revelan las actividades de una empresa china llamada GoLaxy. Estos materiales sugieren que GoLaxy está emergiendo como un líder en campañas de influencia tecnológicamente avanzadas y alineadas con el estado. Según se informa, la empresa despliega redes de bots similares a humanos y sofisticados perfiles psicológicos para dirigirse a individuos. Sus operaciones y afirmaciones indican posibles lazos con el gobierno chino.
Según los informes, GoLaxy ya ha desplegado su tecnología en Hong Kong y Taiwán, y los documentos sugieren una posible expansión a los Estados Unidos. Esto indica que la propaganda impulsada por la IA ya no es una preocupación teórica, sino una herramienta operativa y sofisticada que está remodelando activamente cómo se puede manipular la opinión pública a gran escala.
Sin embargo, un representante de GoLaxy declaró que la empresa se centra en servicios de inteligencia empresarial y negó el desarrollo de redes de bots o herramientas de perfilado psicológico dirigidas a individuos. La empresa también negó estar bajo la autoridad de cualquier agencia u organización gubernamental.
Lo que distingue a GoLaxy, según los documentos, es su integración de la IA generativa con grandes cantidades de datos personales. Sus sistemas, según se informa, extraen continuamente datos de las plataformas de redes sociales para construir perfiles psicológicos dinámicos. El contenido se personaliza luego según los valores, creencias, tendencias emocionales y vulnerabilidades de un individuo. Las personas de IA pueden luego interactuar con los usuarios en lo que parecen ser conversaciones auténticas y en tiempo real, diseñadas para evitar la detección. Esto crea un motor de propaganda altamente eficiente, diseñado para ser casi indistinguible de la interacción online legítima, entregado instantáneamente y a una escala sin precedentes.
Aunque no se proporcionaron ejemplos específicos de estas conversaciones en los documentos, estos detallan cómo la tecnología genera contenido personalizado. Al extraer datos de los usuarios y analizar patrones más amplios, la IA puede construir mensajes sintéticos atractivos para un amplio espectro del público. Puede adaptarse al tono, los valores, los hábitos y los intereses de un usuario, imitando a usuarios reales al dar “me gusta” a publicaciones, dejar comentarios y empujar contenido dirigido.
Según los documentos descubiertos, GoLaxy utilizó su tecnología en 2020 para mitigar la oposición a una ley de seguridad nacional en Hong Kong que suprimió la disidencia política. La compañía, según se informa, identificó a miles de participantes y líderes de opinión de 180,000 cuentas de Twitter de Hong Kong, y luego utilizó su red de perfiles falsos para “corregir” lo que percibía como mentiras y conceptos erróneos.
Las actividades de la empresa se extendieron, según los informes, hasta el período previo a las elecciones taiwanesas de 2024. En medio de falsas acusaciones de corrupción y deepfakes propagados por grupos alineados con China en las redes sociales, GoLaxy supuestamente sugirió estrategias para socavar al Partido Progresista Democrático de Taiwán, que se opone a las reclamaciones de Beijing sobre la isla. La empresa, según se informa, recopiló y probablemente suministró información sobre las tendencias en el debate político taiwanés, recomendando el despliegue de redes de bots para explotar las divisiones políticas existentes. GoLaxy ya había acumulado datos extensos sobre Taiwán para apoyar tales intrusiones, incluidos mapas organizativos detallados de instituciones gubernamentales y perfiles de más de 5,000 cuentas taiwanesas.
En una declaración escrita, GoLaxy negó haber proporcionado apoyo técnico para actividades en Hong Kong y Taiwán.
Si bien los despliegues activos de GoLaxy parecen haberse limitado hasta ahora a la región del Indo-Pacífico, la evidencia dentro de los documentos sugiere que la empresa se está preparando para operaciones expandidas, posiblemente incluyendo los Estados Unidos. GoLaxy, según se informa, ha compilado perfiles de datos de al menos 117 miembros del Congreso de los EE. UU. y más de 2,000 figuras políticas y líderes de opinión estadounidenses. GoLaxy declaró que no ha recopilado datos dirigidos a funcionarios estadounidenses.
GoLaxy, según los informes, opera en estrecha alineación con las prioridades de seguridad nacional de China, aunque no se ha confirmado públicamente ningún control formal del gobierno. La empresa fue fundada en 2010 por un instituto de investigación de la Academia China de Ciencias, controlada por el estado, y su presidente ha sido un subdirector del mismo instituto. Los documentos sugieren que GoLaxy ha colaborado desde entonces con organismos de inteligencia, partidos y militares de alto nivel, lo que indica una profunda integración con el sistema político chino. Reforzando aún más estas conexiones, GoLaxy recibió financiación en 2021 de Sugon, una empresa de supercomputación con sede en Beijing identificada por el Pentágono como una afiliada militar china. La plataforma de IA de GoLaxy, de cara al público, se coordina, según se informa, con las supercomputadoras de Sugon y DeepSeek-R1, uno de los principales modelos de IA de China.
Estas conexiones subrayan que las operaciones de influencia ya no son una preocupación periférica, sino que están evolucionando hacia instrumentos centrales de la estrategia de Estado. Los campos de batalla modernos ahora abarcan no solo territorios geográficos, sino también las plataformas en línea que usamos a diario.
La estrategia empleada por GoLaxy y entidades similares convierte en arma la misma apertura que sustenta las sociedades democráticas. El debate, la transparencia y el pluralismo —sellos distintivos de la fuerza democrática— son simultáneamente puntos de vulnerabilidad. Herramientas tecnológicas como las de GoLaxy explotan estas cualidades, difuminando la línea entre la vigilancia y la persuasión a un ritmo acelerado. El peligro radica en la sigilo y la escala de estos métodos, y su rápida mejora. El contenido generado por IA puede desplegarse silenciosamente en poblaciones enteras con una resistencia mínima, operando continuamente para moldear la opinión y corroer sutilmente las instituciones democráticas.
Para contrarrestar la creciente amenaza de las operaciones de influencia extranjera impulsadas por la IA, es esencial una respuesta coordinada y urgente. Los investigadores académicos deben trabajar para mapear cómo la inteligencia artificial, la inteligencia de código abierto y las campañas de influencia en línea convergen para servir a objetivos estatales hostiles. El gobierno de los EE. UU. debe tomar la iniciativa en la interrupción de la infraestructura detrás de estas operaciones, con el Departamento de Defensa apuntando a las redes de influencia extranjera y el Buró Federal de Investigaciones colaborando estrechamente con las plataformas digitales para identificar y contrarrestar personas falsas. Simultáneamente, el sector privado necesita acelerar el desarrollo de capacidades de detección de IA para reforzar nuestra capacidad de identificar contenido sintético. Sin la capacidad de detectarlo, las contramedidas efectivas se vuelven imposibles.
El mundo está entrando en una nueva era de “conflicto de zona gris”, definida por la guerra de información ejecutada con una escala, velocidad y sofisticación sin precedentes. La falta de un rápido desarrollo de defensas contra esta forma de influencia impulsada por la IA dejará a las sociedades críticamente expuestas.