Australia: ¿Contenido gratuito para IA? Gigantes tecnológicos se benefician.
Las industrias creativas de Australia están tambaleándose por una controvertida propuesta de la Comisión de Productividad que podría permitir a los gigantes tecnológicos usar contenido con derechos de autor para entrenar modelos de Inteligencia Artificial (IA) sin compensación. El informe provisional, “Aprovechando los datos y la tecnología digital”, publicado el 6 de agosto de 2025, ha provocado una reacción generalizada, con críticos que lo tildan de “plan para el robo” y una “legalización retroactiva del robo”.
El núcleo de la recomendación de la Comisión de Productividad es la introducción de una excepción de Minería de Texto y Datos (MTD) en la Ley de Derechos de Autor de Australia. Esto permitiría a las empresas de IA extraer y utilizar material con derechos de autor —incluidas películas, fotografías, guiones, música y libros— con fines de entrenamiento sin necesidad de acuerdos de licencia, permiso o remuneración. El argumento de la Comisión es que los modelos de IA, muchos ya entrenados en el extranjero con material sin licencia y utilizados en Australia, han hecho que el “caballo ya haya huido”, y una excepción de MTD permitiría a las instituciones locales más pequeñas competir. Sin embargo, esta postura ha sido recibida con escepticismo, particularmente dado que las principales empresas tecnológicas como Google, Meta y Atlassian han presionado activamente para un acceso más amplio de la IA a los datos.
Organismos del sector creativo, incluyendo la Alianza de Medios, Entretenimiento y Artes (MEAA), el Gremio de Escritores de Australia (AWG), la Sociedad Australiana de Autores (ASA) y la Agencia de Derechos de Autor, han rechazado vehementemente la propuesta. Argumentan que tal excepción devaluaría el trabajo de los creadores, socavaría los mercados de licencias existentes y potenciales, y permitiría a los gigantes tecnológicos lucrarse libremente de la creación humana. La directora ejecutiva de MEAA, Erin Madeley, afirmó que las recomendaciones eran equivalentes a “tirar a los trabajadores creativos y de los medios de comunicación de Australia debajo de un autobús”, sin medidas de protección para los trabajadores o activos creativos australianos. El Gremio de Escritores de Australia destacó que la Comisión de Productividad admitió que grandes modelos de IA ya han sido entrenados con materiales australianos con derechos de autor sin consentimiento ni compensación. Los autores han expresado estar “furiosos” por la posibilidad de que sus obras se utilicen sin consentimiento para entrenar a la IA, con informes de miles de libros supuestamente pirateados y utilizados por Meta para su herramienta de IA generativa.
El Consejo de Derechos de Autor de Australia y la Agencia de Derechos de Autor han argumentado consistentemente que las leyes de derechos de autor actuales de Australia son “adecuadas para su propósito” y que un nuevo esquema de compensación para los creadores cuyo contenido es utilizado por las empresas de IA sería una solución más apropiada. El presidente ejecutivo de News Corp Australia, Michael Miller, también criticó la propuesta, afirmando que se le está pidiendo a Australia que “intercambie nuestra soberanía cultural, social y económica” sin pruebas de que las leyes actuales obstaculicen la innovación.
Si bien el informe de la Comisión de Productividad enfatiza el potencial de la IA para agregar más de 116 mil millones de dólares a la economía de Australia, aconseja no aplicar una “regulación torpe o excesiva” que podría obstaculizar este crecimiento. Esta perspectiva contrasta fuertemente con las preocupaciones de los creadores que temen el desplazamiento de puestos de trabajo y la pérdida de ingresos. El tesorero Jim Chalmers ha adoptado una postura de ser “optimista de que la IA puede ser una fuerza para el bien, pero también soy realista sobre los riesgos”.
La ley de derechos de autor de Australia opera bajo un régimen de “uso legítimo” (fair dealing), que es más restrictivo que el sistema de “uso justo” (fair use) en los EE. UU., con excepciones específicas. Las empresas tecnológicas han argumentado que esta diferencia pone a Australia en desventaja en el desarrollo de la IA, presionando por una excepción de MTD similar a las del Reino Unido y Singapur. Sin embargo, el Reino Unido rechazó recientemente una presión similar para una excepción de MTD amplia.
El gobierno laborista ahora se enfrenta a una decisión crítica: si alinearse con las recomendaciones de la Comisión de Productividad, lo que podría alienar al sector creativo, o mantener protecciones de derechos de autor más sólidas, lo que las empresas tecnológicas argumentan que podría sofocar la innovación y la inversión. El debate subraya una tensión global entre fomentar el avance tecnológico y proteger los derechos de propiedad intelectual en la era de la IA.