CEO de Intel Responde a Trump: ¿Conflicto de Intereses por Lazos con China?
El CEO de Intel, Lip-Bu Tan, se ha dirigido directamente a la demanda pública de renuncia del expresidente Donald Trump, desestimando las preocupaciones como basadas en “información errónea”. La controversia estalló después de que Trump, en una publicación en Truth Social, declarara: “El CEO de INTEL está altamente CONFLICTIVO y debe renunciar, inmediatamente. No hay otra solución a este problema.”
Las fuertes palabras de Trump siguieron a una carta enviada por el senador Tom Cotton de Arkansas al presidente de la junta directiva de Intel, Frank Yeary. La carta de Cotton planteó preguntas punzantes sobre las inversiones de Tan en empresas chinas de chips y sus supuestas conexiones con el gobierno y el ejército de China. Un punto central de contención fue el mandato de 13 años de Tan como CEO de Cadence Design Systems, un puesto que ocupó hasta 2021. Justo el mes pasado, Cadence se declaró culpable de violar los controles de exportación de EE. UU. por vender hardware y software a la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China sin las licencias requeridas. El senador Cotton también destacó que Intel recibió casi $8 mil millones bajo la Ley CHIPS y Ciencia, sugiriendo que las asociaciones de Tan podrían socavar la confianza en la administración de Intel de los fondos de los contribuyentes estadounidenses.
En un memorándum circulado entre el personal, Tan defendió vigorosamente su historial. “Quiero ser absolutamente claro: Durante más de 40 años en la industria, he construido relaciones en todo el mundo y en nuestro diverso ecosistema, y siempre he operado dentro de los más altos estándares legales y éticos”, escribió. Tan también declaró que Intel está colaborando activamente con la Administración Trump para aclarar los hechos en torno a los problemas planteados.
Tan se unió al gigante de los semiconductores en dificultades en marzo, heredando un panorama desafiante. Ha estado en medio de la implementación de una rigurosa estrategia de cambio, que incluye reducciones significativas de personal, recortes agresivos de gastos —como la cancelación de planes para nuevas fábricas en Alemania y Polonia— y una estrategia de inteligencia artificial renovada destinada a reforzar la competitividad de Intel frente a sus rivales. Este esfuerzo de reestructuración interna ahora enfrenta un desafío político externo inesperado.
El enfrentamiento con Tan no es un incidente aislado para Donald Trump, quien tiene un historial bien documentado de presionar a ejecutivos corporativos. Durante su mandato anterior, Trump utilizó con frecuencia aranceles para impulsar a las empresas a aumentar la inversión nacional e instó públicamente a grandes corporaciones como Walmart a absorber los crecientes costos arancelarios y a Coca-Cola a cambiar del jarabe de maíz al azúcar de caña. A diferencia de otros líderes tecnológicos prominentes, como Tim Cook de Apple, Sam Altman de OpenAI, Jensen Huang de Nvidia y Jeff Bezos de Amazon, quienes se han reunido personalmente con Trump para avanzar en sus agendas comerciales, Tan no ha cultivado una relación similar con el expresidente.