IA: ¿El disruptor o el renacer del software? Oportunidades emergen

Livemint

Cuando MTV se lanzó en agosto de 1981, su primer video musical, “Video Killed the Radio Star” de The Buggles, fue un guiño descarado pero profético al cambio sísmico que se avecinaba para la industria musical. Las ventas de álbumes pudieron haber disminuido, pero la reproducción de videos se disparó, dando origen a nuevas estrellas, expandiendo la distribución y, en última instancia, consolidando los sellos discográficos. Décadas más tarde, a pesar de la resistencia inicial, el auge del streaming impulsó aún más la industria, añadiendo miles de millones a los bolsillos de artistas, productores y compañías discográficas por igual. Este paralelo histórico resuena ahora profundamente en el panorama de la inversión en software, ya que OpenAI, con su espíritu disruptivo y su omnipresente chatbot ChatGPT, emerge como el “MTV de la inteligencia artificial”.

El reciente lanzamiento de GPT-5, aclamado por el CEO de OpenAI, Sam Altman, como su versión más potente hasta la fecha, ha amplificado las preocupaciones. Capaz de tareas complejas como la codificación, el razonamiento del habla y la escritura, GPT-5 representa un avance significativo en el desarrollo de la IA. Jordan Klein, especialista del sector tecnológico en Mizuho, fue contundente en su evaluación, señalando que las características avanzadas de codificación y diseño de la nueva versión “añadieron gasolina al fuego” de los motores, agentes y copilotos de IA que ahora están transformando rápidamente las operaciones establecidas de front-office y desarrollo.

Esta aprensión se refleja claramente en el rendimiento de las principales empresas de software empresarial. Las acciones de Salesforce se han desplomado más del 26% en los últimos seis meses, un marcado contraste con el 8.5% de ganancia del Nasdaq. De manera similar, ServiceNow y Adobe han visto el valor de sus acciones caer un 15% y un 25% respectivamente. Si bien el iShares Expanded Tech-Software Sector ETF, el más grande del mercado, ha subido alrededor de un 3.4% en el mismo período, esta modesta ganancia se atribuye en gran medida a sus mayores participaciones como Microsoft, Oracle y Palantir. Una visión más amplia revela que más de las tres cuartas partes de las 113 acciones que componen el ETF están actualmente por debajo del S&P 500 en lo que va del año, lo que subraya la ansiedad generalizada. Klein sugiere que la “tesis bajista” para las acciones de software está a punto de ganar más impulso a medida que surjan más herramientas de codificación y desarrollo de IA.

Sin embargo, no todos comparten esta perspectiva pesimista. Sam Altman de OpenAI sostiene que no hay evidencia de que las herramientas de codificación de IA estén reemplazando a los ingenieros de software. De hecho, cree que el mundo ha “subestimado gravemente la cantidad de software adicional que el mundo quiere”, prediciendo que la IA mejorará la productividad de los ingenieros, reducirá los costos de creación de software y desbloqueará inmensas oportunidades para el crecimiento económico. Esta visión encuentra cierto apoyo en los datos recientes del PIB de EE. UU., que muestran una masiva ganancia anualizada del 86.4% en la inversión en equipos informáticos y una ganancia del 18.0% en la inversión en software. Sin embargo, Paul Ashworth, economista jefe para Norteamérica en Capital Economics, advierte que el crecimiento de la inversión en software se mantiene por debajo del promedio y que será necesario un aumento mucho mayor en la inversión en software e I+D para traducir los avances de la IA en ganancias significativas de productividad para los trabajadores.

A pesar de la actual inestabilidad del mercado, analistas como Brad Sills de Bank of America prevén un aumento sustancial de la inversión. Estima que el gasto en “IA agéntica” —sistemas capaces de realizar tareas independientemente de la supervisión humana— podría dispararse a 155 mil millones de dólares en los próximos cinco años. Sills cree que los analistas de la industria están “subestimando el impulso a medio plazo en el gasto de software por parte de los agentes de IA” e incluso favorece algunas de las acciones que recientemente han tenido un rendimiento inferior, incluidas Salesforce, con su herramienta Agentforce, y ServiceNow, que ofrece Now Assist. Dicha inversión, señala, también podría servir como un catalizador crucial para monetizar los cientos de miles de millones que los hiperescaladores están invirtiendo en centros de datos impulsados por IA.

El analista de D.A. Davidson, Gil Luria, hace eco de una perspectiva matizada. Si bien reconoce que el determinante principal de las ventas de software empresarial —el número de usuarios humanos— podría cambiar si los agentes de IA comienzan a asumir tareas, cree firmemente que la industria del software está lejos de una crisis. Al igual que la exitosa adaptación de la industria musical al video y al streaming, muchas empresas de software están bien posicionadas para la revolución de la IA. Luria argumenta que, incluso a medida que los grandes modelos de lenguaje se muevan a la capa de aplicación, la necesidad fundamental de software que organice, observe y asegure el código y los datos solo se intensificará. Más allá de gigantes tecnológicos como Microsoft, que están integrando la IA en sus suites de productos, destaca a empresas como Snowflake, Datadog y JFrog como preparadas para prosperar en este panorama en evolución.

Así como el video no mató realmente a las estrellas de la radio, sino que creó una nueva plataforma para que brillaran, la IA está preparada para hacer lo mismo con el software. No es un evento de extinción, sino una profunda redefinición, que marca el comienzo de una era de innovación y demanda sin precedentes.