Reino Unido: Borrar emails para salvar agua ante la sed de los centros de datos de IA

404media

Mientras Gran Bretaña lidia con una de sus sequías más severas en décadas, ha surgido una llamativa súplica de sus líderes: borrar correos electrónicos antiguos para conservar agua. La inusual directriz, reportada por 404Media.co, sugiere que la eliminación del desorden digital podría aliviar la presión sobre los centros de datos, que son operaciones sorprendentemente intensivas en consumo de agua.

El llamado se produce en medio de una profunda crisis hídrica en toda Inglaterra, donde la situación ha sido oficialmente declarada un “incidente de importancia nacional”. Cinco áreas, incluyendo Yorkshire, Cumbria, Lancashire, Greater Manchester, Merseyside, Cheshire, East Midlands y West Midlands, están ahora oficialmente en sequía, con seis más experimentando condiciones climáticas secas prolongadas. Los niveles de los embalses en toda Inglaterra han caído a un promedio del 67.7% de su capacidad, significativamente por debajo del 80.5% promedio para la primera semana de agosto, tras los seis meses más secos hasta julio desde 1976. El Grupo Nacional de Sequía, compuesto por varios organismos gubernamentales, empresas de agua y expertos ambientales, se ha reunido para abordar la disminución de los suministros, y algunas empresas de agua ya han implementado prohibiciones de mangueras e incluso han solicitado restricciones de uso no esencial.

Aunque la conexión inmediata entre los datos digitales y la conservación del agua podría parecer tenue para el público en general, radica en la huella ambiental a menudo pasada por alto de los centros de datos. Estas vastas instalaciones, la columna vertebral de nuestro mundo digital, consumen enormes cantidades de energía y, crucialmente, agua para enfriar sus potentes servidores y prevenir el sobrecalentamiento. Un solo centro de datos grande puede “beber” hasta 5 millones de galones de agua por día, una cantidad comparable al uso diario de agua de una ciudad de 10.000 a 50.000 personas. Esta agua se utiliza típicamente en torres de enfriamiento, donde se evapora a medida que absorbe calor, lo que significa que no se recicla simplemente en un circuito cerrado.

La rápida expansión de la inteligencia artificial (IA) y los servicios en la nube está exacerbando esta demanda, ya que los modelos de IA requieren inmensos recursos computacionales que, a su vez, aumentan el consumo de agua. Por ejemplo, entrenar un modelo de lenguaje grande en un centro de datos puede evaporar directamente cientos de miles de litros de agua. Esta creciente sed de agua por parte de la infraestructura digital ejerce una presión significativa sobre los suministros de agua dulce, especialmente en regiones que ya enfrentan escasez.

La Agencia de Medio Ambiente ha reconocido previamente el vínculo, recomendando la eliminación de correos electrónicos antiguos como medida para ahorrar agua, aunque el impacto preciso de la eliminación individual de correos electrónicos en el consumo total de agua sigue siendo objeto de debate. Los críticos a veces argumentan que la energía y el agua utilizadas en el acto de eliminar y procesar esas eliminaciones podrían compensar parte de los ahorros teóricos, y que la escala de la acción individual palidece en comparación con el consumo de los principales gigantes tecnológicos.

Más allá de las acciones individuales, el gobierno del Reino Unido está involucrado en iniciativas más amplias de sostenibilidad digital. La Alianza Gubernamental para la Sostenibilidad Digital (GDSA), establecida en 2022, reúne al gobierno, la industria y la academia para reducir el impacto ambiental del patrimonio de TI del gobierno del Reino Unido. Sus objetivos incluyen fomentar soluciones sostenibles y reducir los residuos electrónicos, alineándose con objetivos más amplios como la Ruta Cero Neto y los Compromisos de Gobierno Ecológico. Este enfoque estratégico tiene como objetivo garantizar que la transformación digital apoye, en lugar de obstaculizar, los objetivos de cambio climático y medioambientales.

Mientras el Reino Unido navega por esta severa sequía, el llamado a borrar correos electrónicos sirve como un duro recordatorio de los costos ambientales ocultos de nuestras vidas digitales, llevando la conversación más allá de los grifos de agua visibles hacia la infraestructura invisible que impulsa nuestro mundo conectado.