Agentes del DHS usan Meta Smart Glasses y IA para vigilancia migratoria
Las líneas entre la tecnología de consumo y la vigilancia gubernamental se difuminan cada vez más, planteando profundas preguntas sobre la privacidad, las libertades civiles y la rápida integración de la IA en la vida diaria. Revelaciones recientes de 404 Media destacan una tendencia inquietante, desde agentes federales que aprovechan gafas inteligentes disponibles en el mercado hasta el sombrío mundo de la replicación de voz impulsada por IA y el uso no autorizado de redes ubicuas de lectores de matrículas.
Una de las preocupaciones más inmediatas se centra en la observación de un oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) usando gafas inteligentes Meta Ray-Ban durante una acción de cumplimiento de la ley de inmigración en Los Ángeles en junio de 2025. Este incidente desató inmediatamente un debate sobre la creciente presencia de gafas de IA de grado de consumo en las operaciones policiales federales y su impacto potencial en los sistemas de identificación biométrica del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Si bien las gafas Ray-Ban de Meta se comercializan con una cámara, micrófonos y capacidades de transmisión en vivo, la compañía sostiene que no vienen equipadas con reconocimiento facial incorporado. Sin embargo, los expertos señalan que es “trivial” canalizar la transmisión de video de las gafas a un dispositivo separado y aplicar software de coincidencia facial de terceros casi en tiempo real, una capacidad no sancionada por CBP. Fuentes internas del DHS confirman que no existe una política oficial que aborde específicamente las gafas inteligentes Meta Ray-Ban, y las regulaciones existentes prohíben explícitamente al personal en servicio usar dispositivos de grabación personales para acciones de cumplimiento oficiales, particularmente aquellas que involucran actividades protegidas por la Primera Enmienda sin sospecha razonable. Los defensores de la privacidad, incluida la ACLU, ven dicho uso no autorizado de cámaras como potencialmente intimidante, alineándose con comportamientos diseñados para “aterrorizar a las personas”, y subrayando un creciente desprecio por el límite entre la tecnología personal y la vigilancia estatal. Este incidente sigue un precedente escalofriante a principios de año cuando un terrorista en Nueva Orleans supuestamente usó gafas inteligentes Meta Ray-Ban para reconocimiento antes de un ataque mortal, demostrando su capacidad para la grabación discreta.
Mientras tanto, la industria del entretenimiento se enfrenta a su propio ajuste de cuentas tecnológico a medida que los actores de voz se enfrentan a un complejo trato con la inteligencia artificial. La IA ha revolucionado la producción de voz, ofreciendo soluciones rápidas, rentables y versátiles a través de sofisticadas tecnologías de texto a voz que pueden imitar los matices humanos. Este cambio ha llevado a que más de la mitad de los creadores de contenido incorporen voces de IA en varios medios, impulsados por la eficiencia y el ahorro de costos, aunque una mayoría significativa (73%) todavía expresa una preferencia por la narración humana debido a su profundidad emocional y espontaneidad irremplazables. En respuesta a este panorama en evolución, el Sindicato de Actores de la Pantalla – Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (SAG-AFTRA) ha celebrado acuerdos históricos con nuevas empresas de IA como Replica Studios y Narrativ, permitiendo a los miembros del sindicato licenciar sus réplicas de voz digitales para su uso en anuncios y videojuegos. Estos acuerdos tienen como objetivo proporcionar a los actores control sobre sus semejanzas digitales y garantizar una compensación justa por sus voces generadas por IA. Sin embargo, persiste un lado más oscuro, con algunos actores de voz demandando a empresas de IA por supuesta clonación de voz no autorizada. Las proyecciones de la industria sugieren una posible reducción del 30-50% en los trabajos de actuación de voz tradicionales dentro de la próxima década, transformando un mercado multimillonario a medida que los modelos de IA, entrenados con voces humanas con licencia, se vuelven cada vez más sofisticados y reducen la necesidad de talento humano.
Concurrently, ha surgido un patrón preocupante de acceso no autorizado y uso indebido de datos dentro del ámbito de la tecnología de seguridad pública, específicamente involucrando los ubicuos sistemas de lectura automática de matrículas (ALPR) de Flock Safety. Estas cámaras, instaladas en miles de comunidades, escanean y registran continuamente los movimientos de vehículos, creando vastas bases de datos consultables por las fuerzas del orden, a menudo sin una orden judicial. El “hackeo” destacado por 404 Media no se refiere a una brecha maliciosa, sino a que agencias federales como la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) obtienen acceso de facto a la red de Flock aprovechando las credenciales de los departamentos de policía locales, eludiendo efectivamente la supervisión federal directa o los contratos formales. Un ejemplo sorprendente ocurrió en enero de 2025, cuando un oficial de la fuerza de tarea de la DEA supuestamente usó el inicio de sesión de Flock de un detective local de Illinois para realizar docenas de búsquedas de “violación de inmigración”, a pesar de que la ley de Illinois prohíbe dicho uso de datos ALPR. Este entorno informal de intercambio de datos ha facilitado miles de búsquedas cuestionables, incluidas las relacionadas con la aplicación de la ley de inmigración e incluso el seguimiento de abortos, lo que ha provocado una condena generalizada. En respuesta, Flock Safety ha restringido el acceso a su herramienta de búsqueda nacional en ciertos estados y se ha enfrentado a una investigación formal del Congreso sobre su papel en la habilitación de prácticas de vigilancia invasivas. La nueva plataforma “Nova” de la compañía, que integra datos ALPR con otra información, ha exacerbado aún más las preocupaciones, con informes que sugieren que algunos de sus datos suplementarios incluso pueden provenir de fuentes pirateadas, como aplicaciones de parquímetros.
Estos incidentes dispares pintan una imagen cohesiva de una sociedad que lucha con el ritmo acelerado de la integración tecnológica en dominios sensibles. Desde los dispositivos personales usados por las fuerzas del orden hasta la replicación digital de la creatividad humana y el alcance omnipresente de la vigilancia automatizada, el desafío central sigue siendo cómo aprovechar la innovación de manera responsable mientras se salvaguardan los derechos fundamentales y la privacidad en un mundo cada vez más impulsado por los datos.