Tesla frena su supercomputadora Dojo por éxodo de talento y giro estratégico

Futurism

Enfrentando una significativa desaceleración en las ventas globales, Tesla está, según informes, reduciendo su ambicioso proyecto interno de supercomputadora, conocido como Dojo, que fue diseñado para potenciar sus sistemas avanzados de asistencia al conductor. Este giro estratégico se produce en medio de un notable éxodo de personal clave y una realineación más amplia de las iniciativas de inteligencia artificial de la compañía.

Se dice que el individuo que lideraba el proyecto Dojo se está marchando, siguiendo a aproximadamente 20 miembros del equipo que ya han hecho la transición a una firma de centros de datos rival que está reclutando activamente a ex ejecutivos de Tesla. Se espera que el personal restante del equipo Dojo sea reasignado a otros proyectos de centros de datos dentro de la compañía. Este desarrollo es particularmente sorprendente dado el efusivo elogio anterior del CEO Elon Musk hacia Dojo, al que una vez anunció como una “bestia”. Sin embargo, el propio Musk admitió el año pasado que había llegado a considerar el proyecto como un “tiro de larga distancia” con una baja probabilidad de éxito. Recientemente, aclaró la postura de la compañía, afirmando que “no tiene sentido para Tesla dividir sus recursos y escalar dos diseños de chips de IA bastante diferentes”.

El papel principal de Dojo era entrenar los intrincados modelos de aprendizaje automático que sustentan el software Autopilot y “Full Self-Driving” de Tesla. El cambio indica un movimiento hacia una mayor dependencia de socios tecnológicos externos, incluidos gigantes de la industria como Nvidia, AMD y Samsung, para la fabricación de chips de IA. A pesar de esto, Tesla no está abandonando por completo su desarrollo interno de chips. Musk ha indicado que los futuros chips internos, como el AI5 y el AI6, se optimizarán para la “inferencia” (aplicación de modelos de IA) y seguirán siendo “bastante buenos para el entrenamiento” (desarrollo de modelos de IA), con todos los esfuerzos actuales centrados en estos diseños.

Los desafíos que enfrenta el equipo de Dojo son sintomáticos de una lucha más amplia por el talento en el sector de la IA, hipercompetitivo, donde las principales empresas tecnológicas ofrecen incentivos sustanciales para captar profesionales cualificados. Más allá de sus esfuerzos en IA, Tesla ha lidiado con una significativa “fuga de cerebros”, viendo partir a numerosos ejecutivos clave. El fabricante de automóviles también está lidiando con las ramificaciones del creciente apoyo público de Musk a ideologías de extrema derecha, un factor que algunos analistas creen que ha contribuido a la caída en picado de las ventas y un impacto financiero sustancial.

Los obstáculos operativos han agravado estos problemas. El lanzamiento inicial del servicio de robotaxi de Tesla en Austin, Texas, ha estado plagado de fallos técnicos e incidentes alarmantes de casi colisión. Para colmo de males, un jurado de Florida dictaminó recientemente que Tesla era parcialmente responsable de una colisión fatal que involucraba su software Autopilot, ordenando a la compañía pagar casi un cuarto de billón de dólares, uno de sus reveses legales más significativos hasta la fecha.

A pesar de estas crecientes señales de advertencia, la confianza de los inversores parece notablemente resistente, con la capitalización de mercado de Tesla superando aún el billón de dólares y sus acciones habiendo subido más del diez por ciento en el último mes. Durante la llamada de ganancias del segundo trimestre de la compañía el mes pasado, Musk había sugerido un camino futuro de “convergecia” hacia un único diseño de chip de IA para “Dojo 3”. Sin embargo, con la reportada disolución del equipo Dojo, la trayectoria futura del desarrollo de supercomputadoras internas de Tesla sigue sin estar clara, lo que plantea preguntas sobre si el proyecto fue otro esfuerzo ambicioso, pero en última instancia, una distracción. En el futuro previsible, parece cada vez más probable que Tesla continúe dependiendo de hardware de origen externo, una tendencia subrayada por su reciente acuerdo de 16.5 mil millones de dólares con Samsung para semiconductores de IA.