Principal Instituto de IA del Reino Unido, en crisis por denuncias de cultura y financiación

Theguardian

El Instituto Alan Turing (ATI), el principal organismo de investigación en inteligencia artificial del Reino Unido, está lidiando con una profunda crisis interna, intensificada por una queja formal de su personal ante la Comisión de Caridad. Este desarrollo se produce mientras el instituto, una organización benéfica registrada y en gran parte apoyada por fondos públicos, enfrenta una creciente presión del gobierno para redefinir sus prioridades estratégicas y su liderazgo.

En su queja, un grupo de miembros actuales del personal del ATI describió ocho preocupaciones críticas, advirtiendo que el instituto está al borde del colapso debido a las amenazas a su financiación. Alegan que la junta de fideicomisarios, dirigida por el exjefe de Amazon UK, Doug Gurr, ha incumplido deberes legales fundamentales, incluida la provisión de una dirección estratégica clara y la garantía de la rendición de cuentas. Esto incluye afirmaciones de que una carta de no confianza entregada el año pasado fue en gran parte ignorada.

Estas quejas internas se alinean con las recientes intervenciones del Secretario de Tecnología Peter Kyle, quien ha vinculado explícitamente el futuro apoyo gubernamental a la mejora del rendimiento y a cambios significativos en el liderazgo del ATI. En una carta a Gurr este mes, Kyle pidió un cambio decisivo en el enfoque de investigación del ATI hacia la defensa y la seguridad nacional. Aunque afirmó que el instituto recibiría la financiación necesaria para implementar estas reformas, también señaló que sus acuerdos financieros a largo plazo podrían reevaluarse tan pronto como el próximo año. La queja del personal afirma además que la financiación del ATI ya está en riesgo, citando “preocupaciones planteadas en privado” por socios industriales no revelados.

La queja formal también pinta un cuadro de una cultura interna profundamente problemática, alegando una atmósfera de “miedo, exclusión y defensividad”. Afirma que la junta no ha supervisado adecuadamente las numerosas salidas de altos cargos bajo la directora ejecutiva Jean Innes, así como los nuevos nombramientos, erosionando significativamente la credibilidad del ATI con su personal, financiadores, socios y el público en general.

Esta agitación se desarrolla en medio de una importante reestructuración en el ATI, que ha puesto en riesgo de despido a aproximadamente 50 miembros del personal, alrededor del 10% de su fuerza laboral. Como parte de esta revisión, varios proyectos con un fuerte enfoque en el impacto social están siendo cerrados o pausados indefinidamente. Esto incluye iniciativas destinadas a detectar daños en línea, desarrollar herramientas de IA para abordar las desigualdades del mercado de la vivienda y medir los impactos en la desigualdad de la salud de decisiones políticas importantes como los confinamientos. Otros cierres abarcan un análisis basado en IA de la interacción entre el gobierno y los medios, y un proyecto que examina el sesgo social en los resultados de la IA. La investigación sobre cómo la IA podría afectar los derechos humanos y la democracia, junto con los esfuerzos para crear un enfoque global de la ética de la IA, se encuentran entre los proyectos suspendidos. Este giro estratégico ya ha provocado disensión interna, con más de 90 miembros del personal enviando una carta a la junta el año pasado, advirtiendo que las medidas de reducción de costos ponían en peligro la reputación del instituto.

En respuesta a las acusaciones, un portavoz del ATI declaró que la Comisión de Caridad aún no se había puesto en contacto con el instituto con respecto a ninguna queja. También señalaron que una queja anterior de un denunciante presentada el año pasado ante UK Research and Innovation, el principal financiador del ATI, había llevado a una investigación independiente que no encontró preocupaciones. El portavoz enfatizó que el ATI está “dando forma a una nueva fase” que requiere un “cambio organizacional sustancial” para cumplir su papel como instituto nacional del Reino Unido para la ciencia de datos y la IA. Afirmaron un compromiso de ofrecer un “impacto en el mundo real en los mayores desafíos de la sociedad”, incluido un imperativo nacional para intensificar el trabajo en defensa, seguridad nacional y capacidades soberanas.

Un portavoz de la Comisión de Caridad, adhiriéndose a la política estándar, se negó a confirmar o negar la recepción de cualquier queja, citando la necesidad de proteger la identidad de los posibles denunciantes. La confluencia de las quejas del personal, las demandas del gobierno y un cambio radical en las prioridades de investigación señala un período fundamental y desafiante para la institución en el corazón de las ambiciones de IA del Reino Unido.