Caída de CoreWeave: ¿Se enfría el entusiasmo por la inversión en IA?

Futurism

Durante años, el sector de la inteligencia artificial ha sido impulsado por una inmensa inversión y expectativas elevadas, con miles de millones en juego en la promesa de una IA a nivel humano. Sin embargo, en medio del implacable bombo publicitario, han persistido los murmullos de un potencial “sueño inalcanzable”. Ahora, una significativa caída para uno de los mayores proveedores de centros de datos de la industria sugiere que Wall Street podría finalmente estar retirándose, señalando una sobria verificación de la realidad para el paisaje de la IA, masivamente intensivo en capital.

El martes, CoreWeave, una destacada startup de centros de datos e infraestructura tecnológica, publicó sus ganancias del segundo trimestre, junto con su pronóstico financiero. La reacción del mercado fue rápida y brutal: las acciones de la compañía se desplomaron más del 20 por ciento el miércoles, borrando casi dos semanas de ganancias en un solo día. Esta fuerte caída siguió a la revelación de una pérdida de 131 millones de dólares en los últimos tres meses, a pesar de un robusto aumento de ingresos a 1.200 millones de dólares, casi el triple del mismo período del año pasado. El problema central, señalan los analistas, es que el gasto colosal de CoreWeave sigue superando sus ganancias. Susannah Streeter, jefa de dinero y mercados en Hargreaves Lansdown, destacó el desafío, diciendo a Reuters: “Es un negocio caro intentar mantenerse a la vanguardia y asegurar suficiente capacidad para respaldar la demanda de servicios de inteligencia artificial”. Los analistas de D.A. Davidson subrayaron aún más el problema, señalando: “CoreWeave no genera actualmente suficientes ganancias para pagar a todos sus tenedores de deuda, ciertamente no a los tenedores de acciones”. Las proyecciones de la compañía para los próximos tres meses, estimando un ingreso operativo entre 160 y 190 millones de dólares, también quedaron por debajo de las expectativas de los inversores.

Sobre el papel, la trayectoria de CoreWeave ha sido impresionante. Desde que salió a bolsa en marzo, el precio de sus acciones se había cuadruplicado. Los ingresos de la firma superaron las previsiones de los analistas, adquirió con éxito la plataforma de desarrollo de IA Weights and Biases, y aseguró un contrato histórico de cinco años con OpenAI valorado en casi 12 mil millones de dólares. Sin embargo, esta rápida expansión parece estar superando su capacidad financiera. El enfoque predominante de EE. UU. para el desarrollo de la IA, que a menudo prioriza la inyección masiva de efectivo sobre una ingeniería de software meticulosa, significa que los retornos reales de la inversión siguen siendo distantes. Esta estrategia está causando un creciente escepticismo entre los inversores con respecto a la capacidad de la IA para generar ganancias tangibles, al menos en su trayectoria actual.

Sumado a la presión inmediata, el período de bloqueo de CoreWeave —una ventana que impide a los primeros inversores vender sus acciones— está a punto de expirar. Las implicaciones de esta expiración siguen siendo inciertas, pero si las reacciones recientes del mercado son un indicio, el resultado podría ser turbulento, creando potencialmente un efecto dominó en todo el ecosistema de la IA, incluidos los principales clientes de CoreWeave como el gigante de chips Nvidia. La situación que se desarrolla en CoreWeave sirve como un duro recordatorio de que, si bien la promesa de la IA sigue siendo vasta, los fundamentos financieros de la industria están ahora bajo un intenso escrutinio, exigiendo un cambio de un crecimiento especulativo a una rentabilidad sostenible.