Las acciones de Intel se disparan por inversión de SoftBank y planes de la admin. Trump
En un significativo voto de confianza para el asediado fabricante de chips, las acciones de Intel se dispararon hoy tras el anuncio de una inversión de 2 mil millones de dólares del gigante tecnológico japonés SoftBank, junto con informes de que la administración Trump está considerando activamente adquirir una participación sustancial en la compañía. Este doble respaldo llega en un momento crítico para Intel, que ha lidiado con extensas reducciones de plantilla y críticas públicas de la administración Trump en los últimos meses.
SoftBank Group, liderado por su visionario CEO Masayoshi Son, confirmó su intención de invertir 2 mil millones de dólares en acciones comunes de Intel, asegurando una participación aproximada del 2% en el fabricante de chips estadounidense. Este movimiento posiciona a SoftBank como el sexto mayor accionista de Intel y subraya una alineación estratégica con el futuro de la fabricación avanzada de semiconductores en Estados Unidos. Son enfatizó que “los semiconductores son la base de cada industria”, destacando la creencia de que la producción de chips con sede en EE. UU., con Intel en su núcleo, está preparada para una expansión significativa. Esta inversión es parte del impulso más amplio y agresivo de SoftBank en el sector de la inteligencia artificial (IA), que ha visto al conglomerado triplicar recientemente su participación en Nvidia y participar en el ambicioso proyecto de infraestructura de IA Stargate de 500 mil millones de dólares en EE. UU. A pesar de que las acciones de SoftBank experimentaron una ligera caída en Tokio, las acciones de Intel vieron un salto inmediato en las operaciones fuera de horario, lo que refleja el optimismo de los inversores.
Sumado a esta inyección financiera, la administración Trump está, según se informa, en conversaciones para tomar una participación sustancial del 10% en Intel, un movimiento que podría transformar al gobierno de EE. UU. en el mayor accionista del fabricante de chips. Esta posible adquisición se está explorando mediante la conversión de una parte, o la totalidad, de los aproximadamente 10.9 mil millones de dólares en subvenciones que Intel está programado para recibir bajo la Ley CHIPS y de Ciencia de EE. UU. El Secretario de Comercio, Howard Lutnick, confirmó la búsqueda del gobierno, enmarcándola como un imperativo estratégico para impulsar la producción nacional de chips y reducir la dependencia de fabricantes extranjeros, particularmente los de Taiwán. Señaló que, si bien la Ley CHIPS inicial, firmada bajo la administración Biden, proporcionó subvenciones, la administración Trump tiene como objetivo asegurar una participación accionaria para el contribuyente estadounidense, aunque sin derecho a voto. Este giro dramático sigue a demandas públicas anteriores del presidente Trump para que el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, renunciara por supuestos lazos con China, una postura que aparentemente se suavizó después de una reunión reciente donde Trump, según se informa, encontró la historia de Tan “asombrosa”. Algunos analistas ven el interés del gobierno como un papel crucial de “cliente héroe”, vital para financiar los ambiciosos esfuerzos de fabricación de chips de próxima generación de Intel.
Estos importantes respaldos llegan mientras Intel navega por un período desafiante marcado por una extensa reestructuración y vientos en contra financieros. En su informe de ganancias del segundo trimestre de 2025, publicado a finales de julio, Intel anunció ingresos de 12.9 mil millones de dólares, superando las expectativas de los analistas. Sin embargo, la compañía reportó una pérdida por acción de $(0.10), en gran parte debido a 1.9 mil millones de dólares en cargos por reestructuración y 800 millones de dólares en cargos por deterioro relacionados con herramientas en exceso. Intel está en medio de una revisión masiva de su fuerza laboral, con planes de reducir su número de empleados principales en aproximadamente un 15%, con el objetivo de 75,000 empleados para finales de 2025. Esto incluye detener proyectos de fábricas planificados en Alemania y Polonia y consolidar operaciones en Costa Rica, lo que indica una reevaluación estratégica de su huella de fabricación global bajo el nuevo CEO Lip-Bu Tan, quien asumió el liderazgo cuatro meses antes. Intel ha luchado abiertamente para seguir el ritmo de rivales como Nvidia y Advanced Micro Devices en el floreciente mercado de chips de IA, un factor clave en sus recientes pérdidas financieras y la necesidad de estrategias agresivas de cambio.
La convergencia del capital privado de SoftBank y la posible participación accionaria del gobierno de EE. UU. subraya la importancia geopolítica y económica crítica de las capacidades nacionales de semiconductores. Con la Ley CHIPS y de Ciencia ya catalizando más de 600 mil millones de dólares en inversiones privadas en todo EE. UU. desde 2020, con el objetivo de triplicar la capacidad nacional de fabricación de chips para 2032, el renovado respaldo de Intel de entidades tan influyentes podría resultar fundamental. Señala una determinación colectiva para asegurar el futuro tecnológico de Estados Unidos y reforzar su liderazgo en un panorama global cada vez más competitivo.