SoftBank invierte $2 mil millones en Intel; se reporta participación del gobierno de EE. UU.
SoftBank inyectará 2 mil millones de dólares en Intel, proporcionando una crucial línea de vida financiera al fabricante de chips en apuros, mientras este continúa implementando medidas de reducción de costos y reduce su fuerza laboral en miles. Esta significativa inversión, anunciada por el CEO de SoftBank, Masayoshi Son, subraya la convicción de la firma japonesa de que “la fabricación y el suministro avanzados de semiconductores se expandirán aún más en los Estados Unidos”.
La inversión posiciona inmediatamente a SoftBank como el sexto mayor accionista de Intel, según informes de The Wall Street Journal. Este movimiento se alinea con la estrategia más amplia de SoftBank en Estados Unidos, tras su compromiso el año pasado de invertir 100 mil millones de dólares en el país durante el mandato de cuatro años del expresidente Donald Trump. SoftBank ya ha demostrado su dedicación a este compromiso a través de colaboraciones como el Proyecto Stargate con OpenAI, una iniciativa masiva de 500 mil millones de dólares destinada a desarrollar una red integral de centros de datos en todo EE. UU.
Este desarrollo para Intel se produce en medio de informes paralelos que sugieren que el gobierno de EE. UU. también está considerando adquirir una participación sustancial en la empresa. El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, en una entrevista con CNBC, indicó que una posible participación gubernamental del 10 por ciento en Intel implicaría la conversión de subvenciones existentes. El objetivo principal, explicó Bessent, es “estabilizar la empresa para la producción de chips aquí en EE. UU.”, destacando un esfuerzo concertado para reforzar las capacidades nacionales de semiconductores.
La fuerza combinada de la sustancial inversión privada de SoftBank y el potencial de participación directa del gobierno señala un momento crucial para Intel. A medida que la empresa navega por un período desafiante marcado por importantes reducciones de gastos y despidos masivos, estas inyecciones financieras y estratégicas subrayan un compromiso compartido tanto del sector privado como del público para asegurar y expandir la fabricación avanzada de chips dentro de los Estados Unidos. Esta convergencia de intereses refleja un creciente reconocimiento de la importancia crítica de la producción nacional de semiconductores para la estabilidad económica y la seguridad nacional.